MERCADOS

Publicado 11/11/2025

Mercado Libre, Amazon, Shein y Temu: la nueva batalla por el comercio digital en Argentina

El reciente pedido del CEO de MercadoLibre Argentina, Juan Martín de la Serna, para que el Estado regule la actividad de plataformas como Shein y Temu y la llegada de Amazon Bazaar reabrió un debate de fondo: ¿cómo competir en igualdad de condiciones cuando el comercio digital se globaliza a una velocidad que desafía las fronteras regulatorias?
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El reciente pedido del CEO de MercadoLibre Argentina, Juan Martín de la Serna, para que el Estado regule la actividad de plataformas como Shein y Temu y la llegada de Amazon Bazaar reabrió un debate de fondo: ¿cómo competir en igualdad de condiciones cuando el comercio digital se globaliza a una velocidad que desafía las fronteras regulatorias?

 Juan Martín de la Serna - Ceo MercadoLibre

 

El reclamo de MercadoLibre no surge en el vacío. Ocurre justo cuando el e-commerce argentino atraviesa su fase de mayor madurez, con un consumidor digital consolidado, infraestructura logística expandida y una competencia que ya no se limita al precio, sino al modelo de negocios, los impuestos y el empleo que cada actor genera en el país.

 

 

Desde sus oficinas en Buenos Aires, MercadoLibre lidera el mercado del comercio electrónico en América Latina. Su ecosistema —que combina marketplace, pagos digitales, logística, créditos y publicidad— se transformó en una pieza clave de la economía digital argentina.

Sin embargo, en los últimos meses el escenario cambió. Amazon avanza con una estrategia de expansión más agresiva en el Cono Sur y refuerza sus operaciones logísticas en Brasil y Chile, y la llegada de Amazon Bazaar a la Argentina. A la vez, Shein y Temu, dos plataformas de origen chino que basan su éxito en la venta de productos de muy bajo costo enviados directamente desde Asia, comenzaron a captar a miles de consumidores locales con precios imposibles de igualar.

 

 

La aplicación Amazon Bazaar, parte de la experiencia de compra global Amazon Haul, pone a disposición de los clientes cientos de miles de productos asequibles. Tanto Amazon Haul como Amazon Bazaar ofrecen la misma experiencia de compra a precios ultrabajos, con nombres diferentes elegidos para adaptarse mejor a las preferencias lingüísticas y culturales locales. Los compradores pueden explorar moda, artículos para el hogar y productos de estilo de vida, con la mayoría de los artículos por menos de 10 dólares.

Frente a este panorama, el mensaje de MercadoLibre fue claro: “Queremos competir, pero bajo las mismas reglas”, señaló De la Serna. El pedido apunta a revisar las condiciones aduaneras y tributarias con las que operan estas plataformas, que muchas veces envían productos por vía postal evitando impuestos o controles de calidad que sí deben cumplir las empresas instaladas en el país.

 

 

El crecimiento de Shein y Temu encendió alarmas en distintos sectores industriales argentinos. Desde la Cámara de la Indumentaria hasta empresas de logística local, varias voces alertan que el ingreso masivo de productos a bajo precio puede afectar a la producción nacional y al empleo.

MercadoLibre busca posicionarse como defensor del ecosistema productivo argentino, argumentando que su operación genera miles de puestos de trabajo en depósitos, centros de distribución, transporte y tecnología. En contraste, las plataformas chinas funcionan con esquemas de importación directa que no requieren infraestructura local ni aportan a la economía argentina más allá del consumo final.

El reclamo apunta, además, a una cuestión fiscal: mientras MercadoLibre tributa en Argentina por sus operaciones, las apps de importación directa lo hacen desde el exterior, muchas veces bajo umbrales impositivos mínimos. En otras palabras, juegan en canchas distintas.

 

 

Aunque el debate público se concentró en las plataformas chinas, Amazon avanza sobre el mercado argentino. Con centros logísticos en San Pablo y Santiago, la empresa ya ofrece envíos rápidos a Argentina en diversas categorías y amplía su oferta con Amazon Bazaar.

El trasfondo del conflicto trasciende la competencia empresarial. En Argentina, el comercio electrónico se convirtió en uno de los pocos sectores capaces de generar empleo formal en la última década, desde programadores y diseñadores hasta choferes y operarios de centros de distribución.

Por eso, la discusión sobre las reglas de juego no es solo económica: es también social y política. ¿Cómo equilibrar la apertura comercial con la protección del empleo local? ¿Cómo asegurar que las plataformas que venden en Argentina contribuyan efectivamente al país, ya sea en impuestos, infraestructura o trabajo?

El gobierno argentino enfrenta un dilema clásico de la era digital: proteger la producción sin aislar al consumidor. En ese equilibrio se definirá el futuro del e-commerce local.

 

 

Expertos en comercio digital y analistas del sector coinciden en que el país necesita avanzar hacia un marco regulatorio moderno que contemple la globalización de las plataformas sin frenar la competencia.

Algunas propuestas que circulan entre economistas y cámaras del sector incluyen:

•⁠  ⁠Revisión de los límites de importación postal sin impuestos.

•⁠  ⁠Certificación de calidad y trazabilidad de productos importados.

•⁠  ⁠Igualdad tributaria entre plataformas locales y extranjeras.

•⁠  ⁠Fomento de la industria logística y tecnológica argentina mediante incentivos.

En otras palabras, no se trata de cerrar el mercado, sino de modernizar las reglas del juego para que todos los actores compitan bajo las mismas condiciones y el desarrollo local no quede rezagado.