MERCADOS

Publicado 12/11/2025

Mercado Libre bajo asedio: el gigante argentino enfrenta nuevos competidores y un Estado que lo subsidia cada vez más

La empresa de e-commerce más grande del país atraviesa su mayor desafío en años. La llegada de plataformas globales como Shein, Temu, Amazon Bazaar y la brasileña Vest Casa está reconfigurando el mapa del comercio digital en Argentina.
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La empresa de e-commerce más grande del país atraviesa su mayor desafío en años. La llegada de plataformas globales como Shein, Temu, Amazon Bazaar y la brasileña Vest Casa está reconfigurando el mapa del comercio digital en Argentina.

Mientras tanto, en sus propios balances se revela que Mercado Libre aumentó un 50 % las exenciones fiscales que recibe del Gobierno nacional, un beneficio que, en medio del ajuste, vuelve a poner en debate cuánto cuesta mantener a la compañía más valiosa del país.

 

 

La competencia global pisa fuerte

 

El reclamo del CEO de Mercado Libre Argentina, Juan Martín de la Serna, para que el Gobierno de Javier Milei “regule la actividad de las plataformas extranjeras” llega en un momento clave.

El ecosistema del e-commerce local dejó de ser un monopolio nacional:

Shein y Temu compiten con precios ultra bajos en ropa, accesorios y productos para el hogar.

Amazon Bazaar, la nueva apuesta de la multinacional estadounidense, amplía su oferta regional y apunta a disputarle a Mercado Libre el segmento de electrónica y hogar.

Vest Casa, cadena brasileña de artículos domésticos, abrió tiendas en Buenos Aires con una política de precios de outlet que también impacta en el consumo local.

Mientras el comercio digital argentino madura y los consumidores se vuelven más exigentes, la empresa fundada por Marcos Galperin enfrenta por primera vez una presión real en todos los frentes: precios, logística, impuestos y reputación.

 

 

Exenciones fiscales en alza: 50 % más beneficios del Estado

 

De acuerdo con su balance presentado ante la SEC (Comisión de Valores de Estados Unidos), Mercado Libre incrementó un 50 % las exenciones fiscales recibidas en Argentina bajo el régimen de Economía del Conocimiento.

Solo en 2024, el grupo declaró reducciones de USD 50 millones en el Impuesto a las Ganancias y USD 17 millones en aportes a la seguridad social, comparado con el período anterior.

Estas cifras reavivan una discusión sensible: mientras el Gobierno nacional aplica un ajuste severo sobre universidades, obra pública y subsidios energéticos, el gigante digital continúa recibiendo beneficios fiscales crecientes.

Según fuentes del propio sector, los incentivos fueron aprobados con el argumento de preservar empleo calificado y fomentar innovación, aunque los números muestran que las exenciones crecen más rápido que las inversiones.

 

 

Libre mercado o privilegios

 

El pedido de Mercado Libre al Gobierno de Milei para “regular a Shein y Temu” pone al libertario en una contradicción incómoda.

Por un lado, su discurso defiende la libertad de mercado y la competencia global.

Por otro, una de las empresas más emblemáticas de su modelo económico exige protección estatal para no perder terreno frente a los gigantes asiáticos.

La discusión también expone un punto político: los argentinos subsidian indirectamente a Mercado Libre a través de las exenciones, mientras el Estado reduce otros beneficios sociales y educativos.

 

 

Un modelo que se recalienta

 

El desafío para Mercado Libre no es solo tecnológico ni impositivo: es estructural.

Su rentabilidad depende de un sistema que combinó durante años beneficios fiscales, monopolio logístico y ecosistema financiero propio.

Hoy, con el ingreso de competidores que ofrecen precios imposibles y envíos directos desde Asia, ese modelo empieza a mostrar grietas.

El temor dentro de la compañía no es menor: si los usuarios descubren que pueden comprar más barato en plataformas extranjeras sin pagar tasas locales, la ventaja de Mercado Libre puede evaporarse.

 

 

Mercado Libre, que fue durante dos décadas símbolo de innovación,  hoy enfrenta un escenario que desnuda la fragilidad de su imperio: competencia internacional creciente, beneficios fiscales cuestionados y un Estado que ya no puede sostener viejos privilegios.

En tiempos de libre mercado, la ironía es clara: el campeón del capitalismo argentino le pide ayuda al Estado.