Con su ambicioso Project Sunrise, la compañía prepara una flota de aviones Airbus A350-1000 especialmente modificados para cubrir rutas directas de hasta 22 horas de vuelo continuo, conectando Sídney con Nueva York y Londres sin escalas. Pero detrás del récord, lo que realmente sorprende es la combinación de innovación tecnológica, diseño científico del bienestar y confort pensado al detalle.

El A350-1000 elegido para este proyecto no es un modelo estándar. Qantas encargó 12 unidades adaptadas a ultra-larga distancia, con un tanque central de combustible adicional, mayor peso máximo al despegue y una configuración interior inédita de solo 238 asientos, casi un 40 % menos que en versiones comerciales tradicionales.
El fuselaje de materiales compuestos, las alas aerodinámicas de alta eficiencia y los motores Rolls-Royce Trent XWB permiten reducir el consumo y las emisiones pese a la enorme autonomía.
Su alcance estimado: 17 000 kilómetros sin escalas.
Su velocidad de crucero: Mach 0,85.
Su promesa: conectar el hemisferio sur con el norte sin interrupciones, algo impensado hace apenas una década.

Uno de los grandes aliados tecnológicos del Project Sunrise no está en los motores, sino en la iluminación.
Qantas desarrolló, junto a científicos del Charles Perkins Centre de la Universidad de Sídney, un sistema lumínico que replica los ciclos naturales de luz y oscuridad para ayudar al cuerpo a adaptarse a los nuevos husos horarios.
La cabina incorpora tres modos principales:
• Modo Amanecer – simula un amanecer australiano, con tonos cálidos y graduales.
• Modo Atardecer – reproduce los colores del ocaso hasta una luz lunar tenue.
• Modo Despierto – luz enriquecida en azul para sincronizar el reloj biológico con el destino.
Todo esto se logra con tecnología LED de espectro variable capaz de generar millones de combinaciones cromáticas.
El objetivo: reducir la fatiga, mejorar el descanso y minimizar los efectos del jet lag en vuelos intercontinentales de más de 20 horas.

Entre las cabinas de clase económica y económica premium, Qantas instalará una Wellbeing Zone, un espacio común pensado para el movimiento y la salud física.
Paneles con asas de estiramiento integradas, programas guiados en pantalla, estación de hidratación y refrigerios saludables forman parte de esta “gimnasio en miniatura” a 10 000 metros de altura.
La idea no es solo ofrecer lujo, sino evitar los riesgos físicos asociados con la inmovilidad prolongada, como la mala circulación o el cansancio extremo.
Comodidad sin precedentes: 40 % de asientos premium y tecnología en cada detalle
El confort es un eje central del proyecto. La configuración del A350 Sunrise incluye:
• Primera clase (6 suites) con camas planas de 2 metros, sillones individuales y pantallas 4K de 32 pulgadas.
• Clase ejecutiva (52 suites) con carga inalámbrica, pantallas UHD de 18’’ y amplio espacio de almacenamiento.
• Premium Economy (40 asientos) con más de un metro entre filas, pantallas de gran formato y materiales ergonómicos.
• Economy (140 asientos) con 33 pulgadas de espacio para las piernas, pantallas OLED de 13’’ y puertos USB-C en cada puesto.
La conectividad también da un salto de calidad: Wi-Fi satelital de alta velocidad y el sistema de entretenimiento Panasonic Astrova, que permite ver, jugar, trabajar o incluso sincronizar dispositivos personales durante toda la travesía.

Volar 22 horas sin escalas no es solo un récord técnico; es un experimento sobre los límites del confort humano en el aire.
Por eso, Qantas trabajó con universidades, médicos del sueño y diseñadores de interiores para repensar la experiencia de volar de forma sostenible, cómoda y científicamente ajustada al cuerpo humano.
La aerolínea planea lanzar sus primeros vuelos del Project Sunrise en 2027, marcando un antes y un después en la aviación civil.
Si el proyecto cumple lo prometido, podría redefinir el estándar de los vuelos de larga distancia y abrir una nueva era donde tecnología, ciencia y bienestar convivan en perfecta armonía.