Aunque la Ciudad ha sido pionera en políticas como la Ley Basura Cero o la instalación de centros verdes, el sistema de residuos aún muestra signos de saturación e ineficiencia. La generación diaria de más de 7.000 toneladas de residuos representa un desafío logístico y una deuda pendiente con la sustentabilidad y la inclusión social.
En este escenario, la digitalización de la gestión de residuos no es una opción futurista: es una necesidad urgente. Plataformas de trazabilidad, recolección inteligente, incentivos digitales y herramientas de big data pueden transformar un sistema fragmentado en un ecosistema integrado, transparente y eficiente.
Pero para que esa transformación ocurra, no basta con innovación tecnológica: se necesita voluntad política, decisión institucional y legislación acorde.
Es fundamental que la próxima Legislatura debata seriamente:
Una ley marco de gestión digital de residuos, que defina estándares tecnológicos y de trazabilidad.
Incentivos fiscales para quienes reciclen de forma inteligente.
Un plan de inversión pública para cooperativas, con equipamiento digital y fortalecimiento institucional.
Obligatoriedad de separación en origen, con mecanismos tecnológicos de seguimiento.
Ciudades como Ámsterdam, Curitiba, Seúl o San Francisco ya lo hacen. Buenos Aires también puede.
Casos internacionales de gestión inteligente de residuos
Seúl (Corea del Sur): sistema de pago por generación, contenedores inteligentes y monitoreo con inteligencia artificial.
Ámsterdam (Países Bajos): sensores IoT en contenedores y plataformas de datos abiertos para trazabilidad total.
San Francisco (EE.UU.): separación obligatoria en origen, supervisión digital y tasas de desvío superiores al 80%.
Curitiba (Brasil): integración de apps ciudadanas y cooperativas mediante bonificación digital por kilo reciclado.
Enterrar la basura no es una práctica sostenible. La reducción de residuos enviados a rellenos sanitarios, el incentivo al reciclaje y la economía circular son caminos urgentes.
El modelo Pay-As-You-Throw (PAYT), implementado en muchas ciudades, ha demostrado ser eficaz: cobrar por la disposición final promueve la reducción y el reciclado. Es clave también acompañar y financiar a quienes ofrecen soluciones sostenibles para las distintas corrientes de residuos.
Mayo es una oportunidad para elegir una Buenos Aires más verde, eficiente e inclusiva
La Ciudad ha sido históricamente una de las urbes más pujantes del continente. Este mes de mayo tenemos la oportunidad de retomar ese liderazgo y manifestar nuestras prioridades como ciudadanía: una vida urbana de mayor calidad, más sostenible y más justa.