En un país saturado de contenido político y entretenimiento banal, el CONICET logró lo impensado: convertir la ciencia en un fenómeno de masas. Su canal de streaming, donde se transmiten en vivo expediciones, investigaciones, charlas y hasta imágenes submarinas en 4K, se convirtió en el más visto de la Argentina en lo que va del año.
Con picos de más de 100.000 espectadores simultáneos y millones de reproducciones acumuladas, los datos no dejan lugar a dudas: el interés por la ciencia está más vivo que nunca. La última transmisión en vivo desde el Cañón de Mar del Plata, realizada junto al Schmidt Ocean Institute, fue un verdadero éxito viral, posicionándose por encima de eventos deportivos y realities en las plataformas más populares.
Tecnología de punta: cámaras 4K, drones, robots submarinos y ADN ambiental.
Narrativas cercanas: los científicos explican en vivo con lenguaje simple y pasión.
Formatos atractivos: transmisiones largas pero dinámicas, con estética cinematográfica.
Interacción en vivo: el público puede comentar y preguntar en tiempo real.
Además, el CONICET apostó por una estrategia de redes bien pensada, que incluyó cortes en formato vertical para TikTok, reels educativos en Instagram y gráficos explicativos en X y Facebook. El resultado: alcance masivo y transversal, desde jóvenes curiosos hasta adultos mayores apasionados por el conocimiento.
El éxito del streaming no solo es un logro institucional. También es una señal potente en tiempos donde la ciencia suele ser desfinanciada o subestimada. El pueblo argentino está diciendo que quiere ver más ciencia, más conocimiento, más futuro.
Mientras otros recortan presupuesto y desacreditan a los investigadores, la gente se conecta con la ciencia como nunca antes. El fenómeno CONICET demuestra que cuando el contenido es valioso, innovador y bien contado, el interés popular aparece solo.