Modelo Delta Stop III con protección balística RB3, que soporta disparos de pistolas 9 mm y calibre .44 Magnum.
Chip electrónico tipo TAG BLE (Bluetooth Low Energy) que se vincula con el celular policial, permitiendo registrar la ubicación en tiempo real de cada agente.
Trazabilidad completa del chaleco, incluyendo quién lo utilizó, cuándo, en qué turno y si se usó de manera autorizada. También alerta sobre vencimientos o necesidades de mantenimiento.
Acelerómetro interno que detecta caídas o movimientos bruscos, activando alertas de emergencia automáticas.
El chaleco impide su uso por personas no autorizadas, reforzando el control de identidad de los agentes.
Se han entregado 877 unidades a la 13ª promoción de oficiales egresados el 3 de julio de 2025.
El plan contempla llegar a 7.000 chalecos para reponer los equipos vencidos y equipar a nuevos efectivos.
El Jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, destacó el compromiso de dotar a la fuerza con herramientas modernas que mejoren la capacidad operativa y la protección de los vecinos.
El ministro de Seguridad Horacio Giménez resaltó que el chaleco representa un salto tecnológico para mejorar la seguridad de los policías y su respuesta ante incidentes.
Estos chalecos combinan protección personal avanzada con tecnología de monitoreo, permitiendo:
Identificar y detectar emergencias desde la base de comando.
Integración con plataformas como el 911, para responder más rápidamente en caso de urgencia.
Garantizar que cada agente cuente con su propio chaleco y evitar el uso prolongado o compartido de unidades desgastadas.
Su diseño moderno y más liviano también supone mayor comodidad operativa y movilidad para el personal en calle.
¿Qué cambia con esta tecnología?
Antes, el rastreo de los agentes era limitado, pero con los nuevos chalecos es posible ubicar a cada policía en tiempo real gracias al chip BLE.
El control de uso, que antes era manual, ahora se hace mediante trazabilidad digital, registrando quién utilizó el chaleco y cuándo.
La detección de emergencias, que antes era pasiva, ahora es automática gracias al acelerómetro que genera alertas.
La gestión del equipamiento deja de ser estática: el sistema avisa en línea cuándo es necesario mantenimiento o reemplazo.
Por último, solo el portador autorizado puede utilizar el chaleco, reforzando la seguridad e identidad del agente.
Estos elementos representan una modernización significativa del equipamiento policial, avanzando hacia un sistema de seguridad más integrado y eficiente.
La implementación de chalecos antibalas inteligentes con chip y rastreo en vivo marca una etapa de modernización en la seguridad porteña.
Equilibra seguridad personal con monitoreo dinámico, y mejora la rapidez de respuesta ante situaciones de riesgo.
El despliegue está en curso y se espera que sea una herramienta clave en las operaciones policiales en toda la ciudad.