GOBIERNO

Publicado 16/12/2025

Tierra del Fuego habilita las salmoneras y abre un mercado potencial de U$S 2.500 millones

La sanción de la nueva ley de acuicultura en Tierra del Fuego marca un punto de inflexión en una discusión que llevaba años cerrada por prohibiciones absolutas.
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La sanción de la nueva ley de acuicultura en Tierra del Fuego marca un punto de inflexión en una discusión que llevaba años cerrada por prohibiciones absolutas.

El nuevo marco normativo no elimina los controles ambientales ni habilita un desarrollo irrestricto, pero sí redefine a la acuicultura como una actividad estratégica para diversificar la matriz productiva de la provincia y atraer inversiones en un contexto de estancamiento industrial.

La normativa reemplaza y modifica parcialmente la Ley 1355, que desde 2021 prohibía la cría de salmones y otros salmónidos en aguas lacustres y marítimas.

El cambio central es que la prohibición deja de ser generalizada y se concentra específicamente en el Canal Beagle, una zona considerada ambientalmente sensible, mientras que se abre la posibilidad de desarrollar proyectos en otras áreas del territorio fueguino, siempre bajo evaluaciones de impacto ambiental previas y esquemas de zonificación productiva.

 

Desde el Ejecutivo provincial sostienen que el objetivo es avanzar hacia un modelo de acuicultura con reglas claras, controles estrictos y una mirada de largo plazo.

En ese esquema aparecen con fuerza los sistemas de producción en tierra, como los RAS (Recirculating Aquaculture Systems), que reducen el impacto ambiental, permiten mayor trazabilidad y se alinean mejor con estándares internacionales de sostenibilidad, cada vez más exigidos por los mercados de exportación.

Uno de los aspectos menos visibles, pero estratégicamente más relevantes, es el potencial logístico del sur argentino. Tierra del Fuego y Santa Cruz cuentan con aeropuertos internacionales, puertos de aguas profundas y una ubicación que las conecta de forma directa con mercados de alto poder adquisitivo.

 

 

El antecedente es claro: durante años, Aerolíneas Argentinas transportó salmón chileno hacia Estados Unidos, utilizando infraestructura y capacidad logística argentina para una industria que se desarrolla del otro lado de la cordillera. 

Con un marco regulatorio que habilite producción bajo estándares internacionales, la provincia podría no sólo producir, sino también posicionarse como nodo de procesamiento, frío, carga aérea y exportación de productos acuícolas premium, algo clave en una industria donde el tiempo y la cadena de frío son determinantes.

Para dimensionar el volumen del mercado del salmón, cabe repasar las cifras del año pasado. Chile exportó aproximadamente 235.934 toneladas de salmón y trucha a Estados Unidos en 2024, por un valor total de US$ 2.580 millones.

 

 

Estados Unidos sigue siendo el principal destino individual para el salmón chileno, recibiendo una gran proporción del total de envíos. Se estima que alrededor del 40 % de la producción salmonera chilena tiene como destino el mercado estadounidense, una proporción clave para la industria.

Con producción local y traslado propio, Argentina podría ganar el mercado al que hoy llega Chile, al ser más competitiva y eficiente, aportando toda la cadena de valor bajo un mismo paraguas.