El proyecto es liderado por el científico Martín Palazzolo, quien tras realizar investigaciones en Países Bajos decidió regresar a la Argentina para continuar su carrera dentro del sistema científico nacional.
Su trabajo responde a la necesidad de valorización de desechos agroindustriales, generando alternativas tecnológicas concretas para un sector clave de la producción nacional.

El bioaceite obtenido puede servir como materia prima para combustibles alternativos, aditivos químicos o generación de energía, dependiendo del nivel de procesamiento posterior.
Desde una perspectiva ambiental, el desarrollo apunta a reducir el volumen de residuos orgánicos, disminuir emisiones asociadas a su disposición y optimizar recursos que actualmente se desechan.

Por el momento, el desarrollo no implica la producción inmediata de un combustible listo para reemplazar al petróleo, ni una aplicación masiva a corto plazo.
Se trata de un avance tecnológico en etapa de investigación y validación, que requiere inversión, escalamiento industrial y articulación con el sector productivo para consolidarse fuera del laboratorio. Además, los residuos utilizados corresponden a desechos del proceso agroindustrial de la yerba mate, no al residuo doméstico del consumo cotidiano.

Aun con estas limitaciones, el proyecto representa un avance significativo en ciencia aplicada, mostrando una capacidad concreta del sistema científico argentino para abordar desafíos productivos y ambientales simultáneamente.
También reabre el debate sobre el rol del CONICET como motor de innovación sustentable y la necesidad de políticas públicas que favorezcan la transferencia tecnológica y el desarrollo económico verde.