La incorporación del equipo se inscribe en una política institucional orientada a que la Argentina no quede al margen de la carrera global por las tecnologías cuánticas, un área que ya impacta en sectores como la criptografía, la simulación de materiales, la optimización logística y la Inteligencia Artificial.

No se trata de una computadora cuántica industrial de gran escala, como las que desarrollan las grandes potencias tecnológicas, sino de un sistema con fines académicos y de investigación, diseñado para la enseñanza, la experimentación y la formación de recursos humanos especializados. Aun así, el hito es relevante: por primera vez estudiantes y docentes de una universidad pública argentina pueden trabajar directamente con tecnología cuántica real.

Además del equipo físico, la UNAHUR complementa esta infraestructura con acceso a computadoras cuánticas más avanzadas a través de plataformas en la nube, lo que permite ejecutar algoritmos y experimentos en arquitecturas desarrolladas por proveedores internacionales. Este enfoque híbrido amplía notablemente las posibilidades de investigación y aprendizaje.

En paralelo, la universidad impulsa programas de formación específicos en computación cuántica, cursos de grado y posgrado, y proyectos de investigación articulados con otras universidades nacionales y organismos científicos. El objetivo es claro: formar talento local, generar conocimiento propio y sentar bases para futuras aplicaciones productivas y científicas.
En un contexto de fuerte disputa global por el dominio tecnológico, la decisión de la UNAHUR marca un antecedente para el sistema universitario argentino y abre el debate sobre el rol del Estado y las universidades públicas en áreas de frontera científica.