Este cambio es promovido por el padre franciscano Jorge Bender, junto a la Fundación Taeda, encabezada por el argentino Mario Montoto.
Un cambio palpable
La llegada de servicios básicos ha marcado una diferencia significativa. Gracias al esfuerzo conjunto entre la Iglesia, iniciativas solidarias y tecnología, la zona ha logrado acceder a agua potable, electricidad e incluso conectividad a internet. Estas mejoras no solo implican facilidades materiales, sino que abren puertas al desarrollo educativo, sanitario y social.
Tecnología como herramienta de inclusión
El aporte más reciente de Fundación Taeda fue facilitar el acceso a internet para miles de personas que estaban aisladas. Este logro técnico no fue menor, considerando las dificultades logísticas y estructurales que presenta la región. Según Montoto, este tipo de iniciativas demuestran que “con muy poca inversión se pueden transformar las condiciones de vida de poblaciones enteras”.
El acceso a la tecnología no solo acerca a las comunidades al conocimiento y la información, sino que también fortalece el sentido de pertenencia, la autoestima colectiva, y abre nuevas posibilidades de emprendimiento y comunicación con el resto del mundo.
Fe, compromiso y reconocimiento
El trabajo del padre Jorge Bender ha sido vital en esta transformación. Su enfoque combina la fe con la educación, la salud y el trabajo comunitario, buscando no sólo aliviar la urgencia del presente sino también sembrar sostenibilidad para el futuro.
En octubre, en Buenos Aires, se celebrará el vigésimo aniversario de Fundación Taeda, ocasión en la que se reconocerá de manera especial la labor de fray Bender en Mozambique. Para la fundación, su obra ejemplifica lo que se puede lograr cuando fe, voluntad y solidaridad se ponen al servicio de los más vulnerables.
Con información de Vatican News