La rápida evolución de la Inteligencia Artificial (IA) ha abierto un nuevo frente en la lucha contra la violencia digital y la vulneración de la intimidad. En el Congreso de la Nación, varios proyectos de ley buscan actualizar el Código Penal para tipificar el uso de la IA en la creación y manipulación de contenidos audiovisuales con fines delictivos, especialmente en casos de difusión de imágenes de contenido sexual sin consentimiento.
La preocupación central gira en torno a los “deepfakes”, imágenes o videos generados o modificados con IA que pueden ser indistinguibles de la realidad. Estas herramientas, cada vez más accesibles, representan una amenaza creciente para la privacidad y la reputación de las personas, siendo utilizadas para extorsión, acoso o difamación.
Las iniciativas de los diputados Juan Brügge y Silvia Lospennato apuntan a llenar un vacío legal en la normativa argentina. Hasta ahora, la legislación no contempla explícitamente la dimensión que aporta la IA a este tipo de delitos.
El eje de estas propuestas es la incorporación de la utilización de IA a la Ley Olimpia (Ley 27.736). Esta ley, sancionada en 2023, ya protege contra la difusión no consentida de material íntimo y la violencia digital de género. Al sumar la IA a su alcance, los legisladores buscan:
Ampliar la definición de violencia digital, reconociendo que los contenidos generados o alterados con IA pueden causar un daño psicológico, moral y reputacional tan grave como el material real.
Fortalecer las herramientas penales, estableciendo figuras delictivas específicas o agravando las existentes cuando se utilice IA para crear o manipular contenidos con fines de acoso, extorsión o difusión no consentida de imágenes íntimas.
Garantizar una respuesta judicial efectiva, brindando a fiscales y jueces un marco legal robusto para investigar y sancionar a los responsables de la creación y difusión de deepfakes maliciosos.
La iniciativa refleja una creciente preocupación global por el uso indebido de las tecnologías emergentes. Al tipificar estas conductas y sumarlas a una ley ya establecida como la Ley Olimpia, Argentina busca enviar un mensaje claro: la IA no será un escudo para quienes cometan delitos contra la intimidad y la dignidad de las personas.