El nuevo chatbot chino que ha irrumpido en el mercado de la inteligencia artificial habría reducido costos de entrenamiento mediante una controvertida técnica. OpenAI y Microsoft han señalado que la empresa china DeepSeek podría haber utilizado información de sus modelos de inteligencia artificial para desarrollar su propio sistema. Según reportes de Bloomberg y el Financial Times, ambas compañías detectaron indicios de que la startup asiática habría empleado una técnica conocida como “destilado”, que permite entrenar un modelo más pequeño utilizando respuestas generadas por uno más avanzado.
Microsoft indicó que está investigando si robots de DeepSeek accedieron a sus servicios durante el último otoño, mientras que OpenAI aseguró contar con evidencias de que sus modelos fueron utilizados sin autorización. Aunque los términos de servicio de estas empresas prohíben este tipo de prácticas, detectarlas y demostrar su impacto resulta complejo.
La controversia ha cobrado un tono más político luego de que David Sacks, nuevo encargado de políticas de IA en la administración Trump, afirmara en Fox News que existían “pruebas sustanciales” de que DeepSeek había incurrido en un uso indebido de la tecnología estadounidense. Sin embargo, no presentó documentos que respalden sus acusaciones.
En respuesta, OpenAI emitió un comunicado alertando sobre intentos sistemáticos de compañías extranjeras por beneficiarse de modelos creados en EE.UU. y pidió apoyo gubernamental para reforzar la protección de su propiedad intelectual. Este conflicto se inscribe en un escenario de crecientes tensiones comerciales entre Washington y Pekín, donde la inteligencia artificial se ha convertido en un nuevo campo de disputa estratégica.