Estas herramientas utilizan redes neuronales convolucionales, un tipo de Inteligencia Artificial entrenada con millones de imágenes para aprender a “reconstruir” detalles perdidos.
El proceso es simple:
El usuario sube la imagen a la plataforma.
El algoritmo analiza cada píxel y compara patrones con su base de datos visual.
Se eliminan imperfecciones, se ajusta el color y se aumenta la resolución.
En cuestión de segundos, la fotografía puede pasar de un retrato desvaído en papel a una versión digital nítida, lista para imprimirse o compartirse en redes sociales.
Remini: se destaca en retratos, especialmente en la definición de rostros. Ideal para fotos familiares y selfies antiguas.
MyHeritage Photo Enhancer: pensado para archivos históricos y genealogía, su restauración es más conservadora, priorizando el realismo sobre la estética “retocada”.
Hotpot AI y otras alternativas: ofrecen mejoras similares, aunque suelen requerir más ajustes manuales.
En pruebas realizadas por medios especializados, la recuperación de detalles en Remini puede llegar al 90% de la nitidez de una foto moderna, mientras que MyHeritage obtiene mejores resultados en imágenes muy dañadas o de archivo.
Estas tecnologías no se limitan a lo recreativo:
Archivos históricos: museos y bibliotecas las usan para restaurar fotografías únicas.
Investigación periodística: permite ampliar detalles que podrían ser relevantes en una imagen de archivo.
Casos judiciales: en algunos países se han usado para mejorar material visual en peritajes.
Aunque la promesa es atractiva, expertos en ciberseguridad advierten sobre la cesión de derechos de imagen al subir fotos a estas plataformas. Muchas apps almacenan las imágenes en la nube, lo que implica riesgos de filtración o uso con fines comerciales.
Se recomienda:
Leer los términos y condiciones antes de usar la app.
Evitar subir imágenes sensibles o privadas.
Preferir versiones de escritorio o herramientas offline cuando la privacidad sea prioritaria.
En definitiva, la nostalgia encontró un aliado poderoso en la Inteligencia Artificial. Ya no se trata solo de guardar recuerdos, sino de revivirlos con una claridad que, a veces, supera la del momento original.