La IA colaborativa se destaca por su capacidad para potenciar las habilidades humanas en lugar de reemplazarlas. Este paradigma combina la creatividad y el juicio humano con la precisión y velocidad de los algoritmos, generando soluciones que optimizan procesos y mejoran la toma de decisiones. En Argentina, esta visión ya está transformando sectores como la energía, la educación y la investigación, posicionando al país como un hub de innovación en América Latina.
Durante la Primera Semana de la Inteligencia Artificial en Argentina, realizada entre el 2 y el 6 de diciembre de 2024, el Gobierno nacional presentó la Mesa de IA del sector privado, con participación de empresas como Globant, Microsoft, Google y Amazon Web Services. El foco estuvo en un objetivo claro: desarrollar tecnologías adaptadas a las realidades culturales, lingüísticas y económicas de América Latina.
Reducir la dependencia de soluciones importadas y fomentar la soberanía digital fueron dos de las ideas fuerza del encuentro. Se propusieron políticas para incentivar el desarrollo de sistemas entrenados en español y lenguas originarias, y se analizaron modelos que incluyan la diversidad educativa y social de la región.
El 30 de abril de 2025, la empresa estatal YPF firmó un acuerdo con Globant para aplicar soluciones de Inteligencia Artificial en su cadena de suministro. El proyecto apunta a reducir fricciones operativas, anticipar decisiones críticas y alcanzar mayor eficiencia, en línea con el plan de exportaciones de USD 30.000 millones hacia 2030, según La Nación.
Además, YPF colabora con startups como RockingData, que aplican ciencia de datos e IA para construir modelos predictivos supervisados por expertos, mejorando la toma de decisiones y alineándolas con las políticas internas de la empresa.
La Universidad Argentina de la Empresa (UADE) lanzó en abril de 2025 el Curso de Posgrado en Inteligencia Artificial y Transformación Digital. El programa —que se extendió hasta diciembre— estuvo orientado a capacitar profesionales en IA generativa, machine learning y realidad virtual, integrando estas tecnologías en el mundo académico y empresarial con una mirada centrada en las personas.
El objetivo fue claro: formar perfiles capaces de liderar procesos de innovación, pero también de acompañarlos con una perspectiva ética y centrada en las personas.
La especialista en ética de la IA, Cecilia Danesi, ha advertido que el desarrollo tecnológico sin regulación puede amplificar desigualdades.
"La Inteligencia Artificial tiene que ser una política pública", señaló a La Nación, haciendo hincapié en la necesidad de regulación estatal y acceso equitativo.
En otra entrevista, Danesi afirmó que: "La IA intensifica la desigualdad por su falta de acceso a la tecnología, el desconocimiento para manejarla y porque la tecnología los va a excluir", según declaró al Diario Financiero.
Estas posturas subrayan la urgencia de incorporar marcos regulatorios claros, transparencia algorítmica, supervisión humana y diseño inclusivo como ejes fundamentales del desarrollo de la IA.
Argentina participó activamente en el 10° Congreso Latinoamericano América Digital, que se realizó los días 2 y 3 de abril de 2025 en Espacio Riesco, Santiago de Chile. El evento reunió a más de 5.000 líderes del ecosistema digital—empresas tecnológicas, startups, gobiernos y universidades— para explorar las últimas tendencias en IA, transformación digital, ciberseguridad y automatización.
Argentina destacó por su participación en paneles sobre regulación tecnológica, soberanía digital y cooperación público-privada, reafirmando su rol como un país protagónico en el debate sobre cómo construir un futuro digital con valores humanos.
Argentina ha trazado el camino hacia una Inteligencia Artificial colaborativa que no solo transforma industrias, sino que también empodera a las personas. Con proyectos innovadores en energía, educación, formación y regulación ética, y con un claro compromiso con la inclusión y la sostenibilidad, el país demuestra que es posible combinar tecnología de vanguardia con una mirada profundamente humana y justa.
En un mundo cada vez más automatizado, la IA colaborativa representa una oportunidad para que la humanidad y la tecnología avancen juntas, con equidad y propósito.