SEGURIDAD

Publicado 04/09/2025

El poder de fuego chino: la estrategia detrás de sus misiles de última generación

China consolidó en dos décadas un arsenal de misiles intercontinentales, hipersónicos y con capacidad nuclear, que se convirtió en el núcleo de su estrategia de disuasión militar frente a Estados Unidos y sus aliados en el Indo-Pacífico.
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China consolidó en dos décadas un arsenal de misiles intercontinentales, hipersónicos y con capacidad nuclear, que se convirtió en el núcleo de su estrategia de disuasión militar frente a Estados Unidos y sus aliados en el Indo-Pacífico.

Misil intercontinental DF-5C

 

El misil intercontinental DF-5C

 

El DF-5C es uno de los sistemas más emblemáticos:

 

  • Más de 30 metros de largo y alcance superior a 12.000 km, capaz de impactar en EE. UU. o Europa.

  • Equipado con ojivas nucleares múltiples e independientes (MIRV), lo que permite que un solo lanzamiento golpee hasta una docena de objetivos distintos.

  • Esta capacidad multiplica el poder destructivo y complica la defensa antimisiles de los adversarios.

 

Misil chino DF-41

 

Nueva generación: DF-41 y misiles hipersónicos

 

  • El DF-41, el más moderno de Pekín, funciona con combustible sólido, lo que facilita su rápido despliegue y movilidad en plataformas terrestres. Su alcance supera los 14.000 km y también incorpora tecnología MIRV.

  • El DF-17, equipado con un planeador hipersónico (HGV), vuela a velocidades superiores a Mach 5 y con capacidad de maniobra, lo que lo vuelve extremadamente difícil de interceptar.

 

Tecnología y doctrina militar

 

La estrategia china se apoya en tres ejes centrales:

 

  • Movilidad, mediante lanzadores móviles que dificultan el rastreo satelital.

  • Velocidad y precisión, con sistemas hipersónicos y guiados por el satélite Beidou (el GPS chino).

  • Diversificación nuclear, con múltiples ojivas por misil y capacidad de segundo ataque.

 

 

Un tablero global en tensión

 

El crecimiento de este arsenal genera preocupación en Washington y sus aliados, que lo perciben como un desafío directo a la superioridad estratégica de EE. UU.. Pekín sostiene que se trata de una herramienta defensiva de disuasión, frente a la presencia militar estadounidense en la región y sus alianzas con Taiwán y Japón.

Expertos señalan que China busca una paridad nuclear mínima para negociar en igualdad de condiciones en futuros acuerdos de control de armas.