
La decisión de permitir esas exportaciones representa un cambio significativo en la política estadounidense sobre tecnología crítica, ya que por primera vez Nvidia podría vender al gigante asiático uno de sus procesadores más potentes para entrenamiento de modelos de IA, el H200, que supera en rendimiento al H20 y a otros chips anteriormente sujetos a restricciones severas.
Tanto ByteDance como Alibaba estarían dispuestas a realizar grandes pedidos del H200 si el gobierno chino otorga la aprobación reglamentaria interna, algo que aún no ha sucedido.
Las compañías, además, han pedido a Nvidia mayor claridad sobre la capacidad de suministro y las condiciones logísticas, debido a que la producción actual del chip es limitada, mientras la empresa prioriza sus líneas más nuevas como Blackwell y la próxima generación Rubin.

El H200, fabricado en Taiwán, es aproximadamente seis veces más potente que el H20, el chip de IA más avanzado que hasta ahora podía exportarse legalmente a China, y está especialmente diseñado para entrenar grandes modelos de IA, una capacidad crítica para empresas que compiten en el desarrollo de IA generativa.
Aunque la luz verde desde Washington marca un giro relevante en las restricciones tecnológicas de los últimos años, el gobierno chino todavía no ha emitido una postura formal sobre permitir la importación de estos chips, y se espera que evalúe cuidadosamente los beneficios frente a su objetivo estratégico de fomentar una industria nacional de semiconductores.

Además, expertos anticipan que las compras podrían realizarse de forma discreta, tanto por precauciones regulatorias como por el enfoque de Beijing en promover soluciones locales y reducir la dependencia de tecnología extranjera.
La autorización del gobierno de Donald Trump para que Nvidia comercialice chips H200 en China, enmarcada en una política que podría incluir condiciones como el reparto de ingresos con el Estado estadounidense, marca un nuevo capítulo en la carrera global por el liderazgo en IA.