El informe, elaborado por investigadores del Laboratorio de Energía y Sostenibilidad del MIT, pone el foco en una estrategia que suele quedar al margen del debate sobre movilidad sostenible: modificar los hábitos de manejo de los conductores mediante herramientas digitales, asistencia inteligente y entrenamientos breves.
Según el estudio, prácticas como acelerar suavemente, mantener velocidades constantes y anticipar el tráfico —en lugar de frenar y acelerar bruscamente— mejoran la eficiencia del combustible y disminuyen tanto las emisiones como el desgaste del vehículo.
En pruebas realizadas con taxis, camiones y autos particulares, la aplicación de estas técnicas redujo entre un 10% y un 20% el consumo de combustible.
Lo notable es que estas mejoras no requieren cambiar el parque automotor: “Los beneficios se pueden lograr con vehículos que ya están en circulación”, explicó Matteo Muratori, coautor del estudio. El énfasis está en modificar el comportamiento del conductor con ayuda de tecnología.
El equipo del MIT evaluó programas de conducción asistida que brindan retroalimentación en tiempo real, tanto por voz como mediante visualizaciones en pantallas del tablero.
También estudiaron aplicaciones móviles que ofrecen puntuaciones de eficiencia luego de cada viaje, similares a las que ya utilizan algunas aseguradoras.
Incluso en ausencia de vehículos autónomos, la combinación de sensores, IA y conectividad vehicular abre la puerta a una nueva etapa de “conducción inteligente asistida”, con beneficios directos tanto para el medio ambiente como para la seguridad vial.
La conducción eficiente aparece como una solución de bajo costo y alto impacto, que puede ser aplicada de manera inmediata mientras se avanza en la electrificación del transporte.
El informe del MIT sugiere que las políticas públicas deberían incluir programas de formación y estímulos económicos para fomentar estos comportamientos, especialmente en flotas de vehículos comerciales.
Si bien la transición hacia vehículos eléctricos sigue siendo clave para alcanzar objetivos climáticos a largo plazo, este estudio propone optimizar el uso de los vehículos actuales mientras se avanza en transformaciones estructurales.
“En un mundo que busca reducir rápidamente sus emisiones, necesitamos todas las herramientas disponibles. Y mejorar la forma en que conducimos es una de las más inmediatas y subestimadas”, concluyó Muratori.
Fuente: MIT News