Se trata de una herramienta clave para mejorar la detección, el monitoreo y la respuesta temprana frente a incendios, en un contexto marcado por eventos climáticos cada vez más extremos.

El sistema instalado en la aeronave combina sensores ópticos y térmicos de última generación, capaces de detectar focos ígneos incluso a través del humo, identificar puntos calientes y transmitir información en tiempo real a los equipos que operan en tierra.
Esto permite optimizar las decisiones operativas, priorizar zonas críticas y reducir los tiempos de respuesta, uno de los factores determinantes para evitar que un incendio se descontrole.
Otro aspecto central es que la tecnología desarrollada por INVAP no se limita a la detección: el avión también registra imágenes georreferenciadas, genera mapas actualizados del avance del fuego y facilita la coordinación entre brigadistas, aviones hidrantes y autoridades provinciales.
La integración de datos aéreos y terrestres mejora significativamente la eficacia del operativo.
Desde el gobierno rionegrino destacaron que este tipo de soluciones aplica conocimiento científico y tecnológico argentino a problemas concretos, como la protección de bosques, comunidades y recursos naturales.
Además, subrayan que la incorporación de tecnología nacional reduce la dependencia de sistemas importados y fortalece capacidades estratégicas en materia de gestión ambiental y emergencias.
La experiencia demuestra que la tecnología no reemplaza al trabajo humano, pero sí lo potencia: información más precisa, en menos tiempo y con mayor cobertura territorial puede marcar la diferencia entre un incendio contenido y una catástrofe ambiental de gran escala.