La Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU-R) ha designado oficialmente esta tecnología como “telecomunicaciones móviles internacionales (IMT) para 2030 y más allá,” lo que subraya su visión a largo plazo y su ambición de definir la próxima década de comunicación global. Las primeras pruebas piloto de esta tecnología ya están previstas para 2026, lo que indica un progreso tangible hacia su eventual comercialización.
Más allá de ser una simple mejora incremental, el 6G busca transformar las redes móviles en plataformas intrínsecamente inteligentes y adaptables. Estas redes serán capaces de responder automáticamente a las necesidades cambiantes de los usuarios y a las condiciones del entorno, lo que cambiará radicalmente la forma en que interactuamos con la tecnología y el mundo físico.
La industria, al parecer, ha asimilado las lecciones de las generaciones anteriores, particularmente del 5G, cuyo despliegue real no siempre cumplió con las promesas iniciales de velocidad teórica debido a limitaciones de infraestructura y barreras físicas. Por ello, el 6G se está desarrollando con un enfoque mucho más pragmático desde el principio, priorizando aplicaciones específicas y prácticas, como la comunicación holográfica, desde sus fases más tempranas.
Existe una percepción dual sobre la naturaleza del 6G: ¿es una revolución o una evolución? Si bien el 6G es, en esencia, una evolución tecnológica que se construye sobre los cimientos del 5G, incorporando frecuencias más altas, menor latencia y MIMO avanzado, la integración profunda de la inteligencia artificial (IA) y las capacidades de sensado, junto con sus ambiciosos casos de uso como la holografía y los gemelos digitales, representan un cambio fundamental. El impacto en la sociedad y la industria se sentirá como una verdadera revolución, aunque la progresión técnica subyacente sea incremental.
Este enfoque dual es crucial para gestionar las expectativas del público y evitar la decepción que a veces acompañó al 5G, cuyo rendimiento en el mundo real no siempre estuvo a la altura de las promesas iniciales.
El desarrollo del 6G, guiado por una visión más realista desde el principio, busca una utilidad generalizada en lugar de solo velocidades que acaparen titulares. Este cambio estratégico implica un proceso de desarrollo más integrado y holístico, donde las aplicaciones tangibles y la comprensión de las necesidades de infraestructura guían la innovación.
El 6G no solo mejorará la experiencia del usuario, sino que transformará sectores enteros, mejorando la eficiencia, la seguridad y la conectividad en casi todos los aspectos de la vida moderna.
El 6G promete un salto sin precedentes en velocidad de conexión, superando con creces las capacidades del 5G. Mientras que el 5G ofrece velocidades teóricas de hasta 20 Gbps, el 6G apunta a picos de 1 Tbps (1000 Gbps) o 200 Gbps, lo que permitirá descargas instantáneas y la transmisión de contenido en 16K o más sin interrupciones. Para ponerlo en perspectiva, esto podría significar descargar el equivalente a 142 horas de video 4K en tan solo un segundo.
La latencia, el tiempo que tarda un dispositivo en comunicarse con la red, se reducirá drásticamente. El 5G ya ofrece una baja latencia (1-10 ms), pero el 6G busca una latencia prácticamente instantánea, en el orden de microsegundos o incluso menos, con un objetivo de 0.1 ms. Esta latencia ultrabaja es crucial para aplicaciones críticas que requieren respuestas en tiempo real, como las cirugías remotas o los vehículos autónomos.
Esta capacidad de respuesta casi instantánea no es solo una mejora de rendimiento; es un catalizador fundamental para nuevas formas de interacción y control.
La latencia ultrabaja permitirá experiencias como la retroalimentación háptica y la manipulación remota precisa, difuminando las líneas entre el mundo físico y el digital. En aplicaciones donde cada milisegundo cuenta, esta capacidad es vital, transformando industrias y la vida cotidiana al permitir una colaboración fluida entre humanos y máquinas, y entre máquinas.
El 6G está diseñado para soportar un número masivo de dispositivos conectados por unidad de área, lo que es fundamental para el crecimiento exponencial del Internet de las Cosas (IoT) y la interconexión de dispositivos en ciudades inteligentes.
Se espera que el 6G tenga una capacidad significativamente mayor que el 5G, posiblemente en el orden de varios millones de dispositivos por kilómetro cuadrado, en comparación con el millón de dispositivos por km² del 5G. Esta capacidad habilitará una interconexión y automatización sin precedentes en diversos campos, desde hogares inteligentes hasta infraestructuras urbanas complejas.
A diferencia de generaciones anteriores, el 6G se está diseñando con un fuerte enfoque en la eficiencia energética para mitigar el impacto ambiental de la conectividad masiva. La sostenibilidad es un pilar fundamental y un diferenciador clave para el 6G, guiado por objetivos globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y el Pacto Verde Europeo.
Se busca una eficiencia energética aún mayor que la del 5G, con tecnologías y arquitecturas más avanzadas para reducir el consumo de energía. Ericsson, por ejemplo, está impulsando la inclusión de requisitos cuantitativos y medibles para la eficiencia energética del 6G, lo que indica un compromiso serio con la reducción de la huella de carbono de las redes futuras.
La integración de la sostenibilidad como un imperativo de diseño, y no como un añadido, representa un enfoque maduro y responsable en el desarrollo tecnológico. Esto implica que los impactos ambientales y sociales se consideran desde la arquitectura y los modelos de negocio del 6G.
Las futuras implementaciones de red probablemente enfrentarán un escrutinio ambiental más estricto, y las credenciales “verdes” se convertirán en una ventaja competitiva significativa, influyendo en las decisiones de inversión y los marcos regulatorios. Esta postura proactiva busca asegurar que los beneficios de la hiperconectividad no tengan un costo ambiental inaceptable, estableciendo un nuevo estándar para la innovación tecnológica.
El 6G se basará en una combinación de tecnologías avanzadas para alcanzar sus ambiciosos objetivos, no solo permitiendo velocidades extraordinarias, sino también mejorando la eficiencia energética, la seguridad y la calidad de las conexiones.
Una de las piedras angulares del 6G es la integración nativa de la Inteligencia Artificial (IA) directamente en su infraestructura, desde la fase de diseño. Esta integración permitirá que las redes actúen como “cerebros” inteligentes, optimizando en tiempo real el tráfico de datos para reducir la congestión, asignando dinámicamente recursos para mejorar la eficiencia energética, y prediciendo fallos para minimizar interrupciones.
La IA en 6G operará en una doble vía: no solo la IA se utilizará “para la comunicación” (gestionando la complejidad de la red, como la estimación de canales o la asignación de recursos), sino que la “comunicación para la IA” también será fundamental, proporcionando transmisiones de datos mejoradas para el entrenamiento de modelos de IA y evolucionando las redes principales para soportar la computación de borde.
Además, las redes 6G podrán detectar y bloquear automáticamente intentos de intrusión, aprendiendo de cada ataque para fortalecer sus defensas, lo que podría incluir técnicas como el cifrado dinámico.
El 6G introducirá el concepto de Sensado y Comunicación Integrados (ISAC), una característica innovadora que combina la transferencia de datos con la capacidad de detectar e interpretar el entorno que rodea a los dispositivos conectados. Esto transformará la infraestructura inalámbrica en una plataforma de detección distribuida, permitiendo a la red “ver” su entorno incluso en la oscuridad total.
Las redes 6G, equipadas con sensores integrados y capacidades de análisis avanzadas, podrán monitorear entornos en tiempo real (temperatura, humedad, contaminación, movimiento), mejorar la precisión de localización a niveles ultra precisos (crucial para ciudades inteligentes, vehículos autónomos y realidad aumentada), y soportar la automatización inteligente de sistemas como drones, robots y vehículos con mayor eficiencia y seguridad.
La red actuará como un sensor distribuido, registrando parámetros del entorno y procesando señales reflejadas, de manera similar a la tecnología de ultrasonido médico. Un desafío clave será equilibrar los servicios de comunicación y sensado, ya que compiten por los mismos recursos.
Las Superficies Inteligentes Reconfigurables (RIS) han surgido como una tecnología habilitadora clave para el 6G. Estas son superficies planas compuestas por numerosos componentes de metamateriales que pueden manipular dinámicamente las ondas electromagnéticas, transformando el entorno inalámbrico en un servicio.
Las RIS ofrecen beneficios significativos, como mejoras sustanciales en la cobertura de radio, especialmente en el rango de ondas milimétricas, y una reducción del consumo de energía para el subsistema de radio. Pueden configurar patrones de reflexión, refracción y dispersión para soportar las señales, e incluso crear “zonas muertas” intencionalmente para minimizar interferencias o prevenir escuchas.
Un desafío importante es que las RIS pasivas no pueden realizar estimación de canal o amplificación de señal, lo que impulsa la investigación en RIS activas.
La tecnología Full-Duplex (FD) permite a los nodos transmitir y recibir simultáneamente en la misma banda de frecuencia, desafiando la suposición tradicional en el diseño de redes inalámbricas. Esta capacidad teóricamente duplica la capacidad del sistema y la eficiencia espectral, al tiempo que disminuye la latencia, lo cual es crucial para las redes de próxima generación.
El FD es considerado una tecnología clave para las aplicaciones ISAC debido a su capacidad de transmisión y recepción simultánea (STAR). El principal desafío es la autointerferencia, donde la señal transmitida es mucho más fuerte que la recibida, pero esto puede mitigarse con técnicas avanzadas de cancelación de interferencia.
El poder del 6G no reside en una única tecnología, sino en la convergencia y sinergia de múltiples innovaciones. La combinación de IA, ISAC, RIS, Full Duplex y otras tecnologías crea un ecosistema de red altamente sofisticado e interconectado. Por ejemplo, Full Duplex es un habilitador clave para ISAC, y la IA es fundamental para gestionar la inmensa complejidad que introducen estos sistemas integrados.
Esta convergencia permite capacidades completamente nuevas, como una red que puede “ver,” “pensar” y “adaptarse” en tiempo real, transformando la red de una simple plataforma de comunicación a una multifuncional.
El uso de frecuencias de terahercios (THz) es una característica clave para el 6G, prometiendo un ancho de banda masivo y tasas de datos extremadamente rápidas. Sin embargo, la adopción de THz enfrenta “muchos obstáculos” y la “falta de mecanismos prácticos”. Su alcance limitado hace que actualmente sea “más para investigación que soluciones prácticas”.
Esto revela una tensión significativa entre el potencial teórico de THz para velocidades ultra altas y los desafíos prácticos de ingeniería y despliegue. La viabilidad comercial de los objetivos de velocidad más ambiciosos del 6G dependerá de superar estos obstáculos, especialmente en lo que respecta a la atenuación de la señal, la necesidad de despliegues de antenas extremadamente densos y los altos costos de implementación.
Esto sugiere que, si bien THz sigue siendo una frontera de investigación crítica, su aplicación comercial inicial podría limitarse a escenarios específicos de alta demanda y corto alcance, y su despliegue más amplio requerirá avances significativos en la ciencia de los materiales y el procesamiento de señales.
Comunicaciones Cuánticas (QC): Se prevé que las QC sean habilitadores críticos y catalizadores para reducir las complejidades computacionales y potenciar la seguridad de los sistemas de comunicación 6G y más allá. Utilizan las leyes de la física cuántica, como la superposición y el entrelazamiento, para proteger los datos, haciendo que sea “virtualmente imposible” para terceros interceptar o acceder a información sensible sin dejar rastro. La Distribución Cuántica de Claves (QKD) es una de las aplicaciones más prometedoras para la seguridad en 6G, permitiendo la distribución segura de claves de cifrado utilizando partículas entrelazadas.
Comunicación por Luz Visible (VLC): Este método inalámbrico permite la transmisión de datos a alta velocidad utilizando luz visible, y se considera una tecnología prometedora para futuras redes 6G. Utiliza LEDs que pueden encenderse y apagarse hasta un millón de veces por segundo para enviar información de forma inalámbrica. Investigaciones recientes han explorado cómo cosechar la energía de radiofrecuencia (RF)que se fuga de los transmisores VLC, incluso utilizando el cuerpo humano como antena para potenciar la recolección de energía. Un ejemplo es el sistema “Bracelet+”, que demostró aumentar la energía recolectada hasta diez veces, potencialmente alimentando sensores de ultra bajo consumo como los de temperatura o glucosa.
El 6G no solo mejorará la experiencia del usuario, sino que transformará sectores enteros, mejorando la eficiencia, la seguridad y la conectividad en casi todos los aspectos de la vida moderna. La capacidad de 6G para desmaterializar la presencia y la experiencia es un tema recurrente en sus aplicaciones.
La posibilidad de realizar tareas complejas o interacciones ricas sin necesidad de proximidad física, como cirugías remotas, comunicaciones holográficas o aulas virtuales inmersivas, sugiere una sociedad “tele-X”. Esto podría llevar a cambios sociales profundos, como la reducción de los desplazamientos, nuevas formas de colaboración global y un acceso mejorado a servicios especializados, como la atención médica en áreas remotas.
Los gemelos digitales también emergen como un pilar fundamental para el impacto del 6G en la industria y los entornos urbanos. La capacidad de crear réplicas virtuales de sistemas físicos (ciudades enteras, máquinas individuales, propiedades de materiales) para simulaciones de alta fidelidad en tiempo real y predicción de mantenimiento es una de las aplicaciones más transformadoras.
Impulsados por las velocidades ultrarrápidas del 6G, su latencia casi nula y su capacidad de conexión masiva, los gemelos digitales permitirán niveles sin precedentes de análisis predictivo, optimización y control remoto. Esta capacidad será la columna vertebral de la Industria 4.0, la planificación urbana inteligente y la gestión de sistemas complejos, impulsando la eficiencia y reduciendo el desperdicio.
La investigación y el desarrollo de 6G comenzaron activamente alrededor de 2020. Las primeras pruebas piloto están programadas para 2026, con el despliegue comercial global esperado para alrededor de 2030.
La estandarización del 6G por parte de la ITU-R, bajo la denominación “IMT para 2030 y más allá”, inició su fase de visión en junio de 2023, y la fase de requisitos y metodología de evaluación le seguirá.
El 3GPP, la principal organización de estándares para comunicaciones móviles, planea que las primeras especificaciones del 6G (Release 21) estén completas para finales de 2028, allanando el camino para los primeros despliegues comerciales en 2030. Los estudios técnicos detallados sobre 6G en 3GPP comenzaron en agosto de 2025.
El desarrollo del 6G no es una empresa aislada, sino un esfuerzo colaborativo global que involucra a una amplia gama de actores.
Empresas: Gigantes de las telecomunicaciones y la tecnología como AT&T, Broadcom, Cisco, Ericsson, Google, Huawei, Intel, Nokia, Qualcomm, Samsung, SoftBank Group y ZTE están realizando inversiones sustanciales en la investigación y el desarrollo del 6G. Estas empresas están a la vanguardia, impulsando innovaciones en la arquitectura de red, el procesamiento de datos, la gestión del espectro y los sistemas avanzados de antenas.
Universidades e Instituciones de Investigación:
La Universidad de Oulu en Finlandia lidera el programa de investigación 6G Flagship, el primero de su tipo a nivel mundial.
Numerosas universidades de prestigio en todo el mundo (Houston, Southampton, North Carolina State, Manitoba, Texas Austin, KTH, Tsinghua) cuentan con investigadores altamente citados trabajando en 6G.
En EE. UU., el NIST CTL está a la vanguardia de la investigación 6G, con foco en redes resilientes, espectro, arquitecturas abiertas, seguridad e ISAC.
Consorcios y Alianzas Globales:
Europa: La Smart Networks and Services Joint Undertaking (SNS JU) impulsa el liderazgo europeo con una inversión superior a 1.800 millones de euros. Proyectos clave: Hexa-X y Hexa-X-II, con fuerte énfasis en confianza, sostenibilidad e inclusión. El proyecto 6G-Sandbox establecerá una infraestructura de prueba paneuropea.
América del Norte: La Next G Alliance busca posicionar a Norteamérica como líder en tecnología inalámbrica. Participan Apple, AT&T, Ericsson, Google, Intel, Nokia, Qualcomm, Samsung y Verizon.
Asia:
China: Estableció el Grupo de Promoción IMT-2030 (6G) con metas de estandarización para 2025 y comercialización desde 2030.
Corea del Sur: Tiene un plan de I+D de 220 mil millones de KRW hasta 2025 y acuerdos con EE. UU.
Japón: Lanzó el “Beyond 5G Consortium” en 2020 y colabora con Finlandia. Su proyecto 6G Mirai-Harmony con la UE comenzó en 2025.
India: Su Visión 6G de Bharat traza el camino para liderar el desarrollo global hacia 2030.
La geopolítica de la estandarización del 6G es un factor crítico. La carrera por el liderazgo mundial —entre UE, EE. UU., China, Corea del Sur, Japón e India— a través de consorcios y alianzas estratégicas, presenta el riesgo de fragmentación.
La falta de consenso internacional podría generar ecosistemas incompatibles con distintas reglas de cifrado y seguridad, lo que debilitaría la cooperación global frente a ciberamenazas.
China ya promovió una tecnología 3G no estándar (TD-SCDMA). El éxito global del 6G depende de lograr un “estándar global unificado”, lo que requerirá esfuerzos diplomáticos, no solo innovación técnica.
El resurgimiento de la investigación fundamental y la colaboración entre academia e industria también es clave. La Universidad de Oulu y el gran número de investigadores citados indican un cambio en el panorama de I+D. La complejidad del 6G exige avances científicos más profundos, no solo ingeniería incremental.
Por eso, hay más énfasis en investigación académica y colaboración interdisciplinaria desde el inicio. Este entorno abierto y colaborativo será crucial para abordar los desafíos fundamentales y cumplir las promesas transformadoras del 6G, fomentando una nueva generación de expertos e innovaciones.
El 6G no es una visión lejana, sino una realidad en gestación que promete redefinir nuestra interacción con la tecnología y el mundo.
Con velocidades sin precedentes, latencia casi nula y la integración nativa de IA y sensado, el 6G habilitará un futuro hiperconectado. Esta evolución tecnológica, por su impacto, se sentirá como una revolución, guiada por un enfoque realista y centrado en aplicaciones prácticas.
La convergencia de tecnologías como IA, ISAC, RIS y Full-Duplex creará un ecosistema de red multifuncional, capaz de “ver”, “pensar” y “adaptarse” en tiempo real, desmaterializando la presencia y haciendo del gemelo digital un pilar de la próxima revolución industrial.
Pero su éxito dependerá de superar enormes desafíos técnicos, económicos, regulatorios y de seguridad. La necesidad de infraestructura masiva, la complejidad del espectro THz, los altos costos de inversión y los modelos de negocio aún indefinidos son barreras reales.
Además, la fragmentación geopolítica pone en jaque la estandarización global, afectando incluso a la ciberseguridad.
En este mundo hiperconectado, seguridad y privacidad serán esenciales, exigiendo una IA defensiva y seguridad desde el diseño.
Y finalmente, el 6G deberá enfrentar su propia huella ambiental, asegurando que sea sostenible y equitativo, cerrando la brecha digital.
La colaboración global entre empresas, universidades y consorcios, sumada a un compromiso firme con la sostenibilidad y la seguridad, será clave para que esta revolución tecnológica beneficie a toda la sociedad de manera equitativa y responsable.
Fuentes: RedesTelecom Ericsson Forbes México NIST Samsung Research HP Tech Takes