El más destacado es el GENIUS Act (Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins Act), que busca establecer el primer marco regulatorio federal para las stablecoins, ahora en manos del presidente Donald Trump para su firma.

La votación en la Cámara fue contundente: 308 a favor y 122 en contra.
Ya había sido aprobada en el Senado el 17 de junio con una mayoría bipartidista de 68–30.
Establece requisitos como la obligación de que las emisoras mantengan reservas líquidas —dólares o letras del Tesoro—, y publiquen informes mensuales con auditorías.

Digital Asset Market Clarity Act (Clarity Act): fija criterios claros sobre si un activo digital es un valor o una mercancía, clarificando la jurisdicción entre la SEC y la CFTC.
Anti‑CBDC Surveillance State Act: prohíbe que la Reserva Federal emita una moneda digital del banco central, buscando protección contra un posible uso excesivo de vigilancia financiera.
Ambos fueron aprobados en la Cámara y ahora quedan por ser revisados por el Senado.

El GENIUS Act sienta precedentes, impulsando seguridad jurídica en un mercado de stablecoins con un valor estimado en más de 200 000 millones USD.
Grandes bancos como JPMorgan y Bank of America han manifestado interés en emitir sus propias stablecoins bajo el nuevo esquema.
No obstante, persiste la controversia: legisladores como la representante Maxine Waters alertan que la ley no elimina los posibles conflictos de interés asociados al presidente Trump, quien mantiene inversiones vinculadas a la industria cripto.

El GENIUS Act se encuentra ante el escritorio de Trump, quien ha manifestado públicamente su apoyo al proyecto.
Los otros dos proyectos deberán ser aprobados por el Senado para convertirse en ley.
Analistas destacan que, de concretarse, este paquete marcaría un cambio profundo en la regulación estadounidense de activos digitales, posicionando al país como un referente global en la materia.
Este conjunto legislativo representa un avance estratégico tras años de exigir claridad regulatoria, y mientras el paquete avanza, se esperan nuevas discusiones sobre su impacto en consumidores, la banca y el futuro de las finanzas digitales.