En 2025, Argentina mantiene su compromiso con el desarrollo científico en uno de los campos más estratégicos del siglo XXI: la computación cuántica. A pesar de los cambios en la conducción del Ministerio de Ciencia y Tecnología, proyectos clave como QUBIT.AR siguen activos y en crecimiento.
Investigadores del CONICET, junto con equipos de la UBA, la Universidad Nacional de Córdoba, la UNSAM y el Instituto Balseiro, trabajan de forma coordinada en aplicaciones de computación cuántica aplicadas a simulación molecular, algoritmos de optimización y criptografía post-cuántica.
La computación cuántica permite procesar información de forma exponencialmente más potente que las computadoras clásicas, gracias a fenómenos como la superposición y el entrelazamiento cuántico.
En 2025, empresas como IBM, Google, Microsoft y Amazon ya ofrecen servicios cuánticos en la nube, y gobiernos como el de China han incorporado computadoras cuánticas a sus sistemas de defensa y predicción meteorológica avanzada.
Según el World Economic Forum, la computación cuántica impactará de forma decisiva en:
La industria farmacéutica (diseño de moléculas)
La logística (optimización de rutas en tiempo real)
La ciberseguridad (criptografía cuántica)
El desarrollo de Inteligencia Artificial más robusta
El proyecto QUBIT.AR —iniciado en 2022— continúa vigente en 2025 con nuevos avances: este año se inició la construcción de una plataforma experimental basada en qubits superconductores y se incorporaron tres nuevos grupos de investigación del interior del país.
Además:
La UNSAM firmó un convenio con el Instituto Max Planck de Alemania para la formación de recursos humanos.
El Instituto Balseiro amplió su oferta de seminarios y maestrías en física cuántica aplicada.
La red regional Quantum Sudamericana incorporó en 2025 laboratorios de Chile, Brasil y Uruguay, con sede coordinadora en Buenos Aires.
En 2025, mientras la geopolítica cuántica avanza —con Estados Unidos aprobando regulaciones exclusivas para exportar tecnología cuántica a países aliados y China lanzando nuevos satélites con comunicación cuántica—, América Latina corre el riesgo de quedar relegada como simple consumidora.
Por eso, desde el ámbito académico y científico argentino se insiste en mantener una política de Estado sostenida, más allá de los gobiernos de turno.
“La computación cuántica no puede quedar atada a ciclos políticos ni depender de empresas extranjeras. Es una herramienta de soberanía”, señaló en marzo de 2025 el físico Mario Di Costanzo, director del proyecto QUBIT.AR, en una entrevista con TSS Noticias.
Argentina sigue en 2025 en el pelotón de países que apuestan por construir conocimiento propio en tecnologías cuánticas. Sin inversiones multimillonarias pero con talento humano de alto nivel, el país demuestra que la ciencia puede ser un vector de autonomía tecnológica y desarrollo.
Invertir en computación cuántica hoy es defender la soberanía digital del mañana.