
Las grandes tecnológicas rompieron otro récord: NVIDIA, Apple, Microsoft, Alphabet y Amazon alcanzaron en conjunto una capitalización bursátil de casi 19 billones de dólares. Ese número no solo equivale al 65 % del PIB de Estados Unidos, sino que supera —por separado— a las principales economías de América Latina.
Con la ola de Inteligencia Artificial (IA) y los semiconductores como motor, el valor de mercado de las Big Tech ya compite con la riqueza anual de países enteros.
NVIDIA encabeza el ranking con US$ 5 billones, impulsada por su dominio en chips de IA.
Apple y Microsoft rondan los US$ 4 billones cada una.
Alphabet (Google) se aproxima a US$ 3,4 billones.
Amazon se mantiene cerca de los US$ 2,4 billones.
Sumadas, estas cinco firmas “valen” lo mismo que Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y Perú juntos.

El PIB de Brasil es de unos US$ 2,18 billones y el de México llega a US$ 1,85 billones. A partir de ahí, la escala se achica:
Argentina (US$ 633 mil millones), Colombia (US$ 419 mil millones), Chile (US$ 330 mil millones) y Perú (US$ 289 mil millones).
Esto significa que:
NVIDIA sola equivale a dos Brasil o tres México.
Apple o Microsoft valen el doble que Brasil.
Alphabet supera ampliamente a México y Argentina juntos.
En otras palabras, cada Big Tech opera con un peso económico que desafía la lógica del sistema financiero tradicional y redefine el mapa del poder global.

Las claves del ascenso
Las razones detrás de este crecimiento vertiginoso combinan innovación, monopolios digitales y expectativas de rentabilidad a futuro:
Inversión masiva en Inteligencia Artificial y centros de datos.
Dominio absoluto en servicios en la nube (Azure, AWS, Google Cloud).
Crecimiento del capital intangible: software, datos y propiedad intelectual.
Fenómeno bursátil global: el flujo de capital busca refugio en los gigantes tecnológicos.
Los analistas advierten que siete empresas explican más del 30 % del índice S&P 500. Su tamaño las convierte en actores políticos y regulatorios de peso, capaces de influir en políticas globales de innovación, seguridad y competencia.
Hoy, las cifras ya no se explican en términos de producción o exportaciones, sino de propiedad intelectual, datos y valor bursátil.
En esa arena, América Latina aparece rezagada, con economías aún dependientes de materias primas frente a un mundo que cotiza algoritmos.