
En un contexto global donde la tecnología redefine el empleo, Jensen Huang, CEO de NVIDIA, aseguró que la expansión de la Inteligencia Artificial (IA), los centros de datos y la automatización industrial requerirá “cientos de miles de técnicos especializados” en oficios como plomería, electricidad y carpintería.
“La economía del futuro no se sostiene solo con programadores, sino con personas que puedan construir y mantener los sistemas físicos de la revolución tecnológica”, expresó a Fortune Huang.

Mientras tanto, en Argentina, el gobierno de Javier Milei busca desfinanciar y eliminar en el presupuesto 2026 el Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional, un programa clave que garantizaba equipamiento, materiales y capacitación docente en más de 1.500 escuelas técnicas.
El recorte fue incluido en el Presupuesto 2026, y según diversos medios, pone en riesgo la continuidad de programas de formación técnica en todo el país.

Una advertencia desde el Senado
Durante la exposición de la Comisión de Educación y Cultura del Senado Nacional, Gerardo Marchesini, Director de la Escuela Preuniversitaria de Formación Profesional, alertó que el gobierno de Milei “busca derogar el Fondo Nacional de Educación Técnico y Profesional.”
Marchesini remarcó que, lejos de eliminarlo, “La Argentina debería duplicar el sistema de educación técnico profesional, sino es imposible sostener un país industrial. Y sin un país industrial es imposible generar mayor riqueza y distribuirla mejor.”
Además, señaló que “La ejecución de este fondo permitió que se pase del 6 % de títulos en educación profesional y técnica respecto del total de emitidos, al 17 % actual. No hay país industrializado del mundo cuyo indicador esté por debajo del 30 %.”
Sus declaraciones refuerzan la idea de que el recorte al fondo técnico no es solo una decisión presupuestaria, sino un retroceso estructural para la formación de capital humano que sostiene al sistema productivo argentino.

Un país a contramano del mundo
La decisión del Ejecutivo ocurre justo cuando los principales líderes del sector tecnológico global reclaman más inversión en educación práctica, oficios y formación STEM.
Mientras en Estados Unidos y Europa se promueven becas para oficios digitales e industriales, en Argentina se desfinancia la base educativa que forma a los futuros técnicos que sostendrán la infraestructura energética, tecnológica e industrial.
Lo que se pierde
Menos recursos para equipamiento y talleres técnicos.
Desactualización tecnológica en escuelas que dependen del fondo para modernizar sus laboratorios.
Desigualdad educativa, especialmente en provincias donde la formación técnica es la principal vía de inserción laboral.
Riesgo de pérdida de capital humano calificado, justo cuando los oficios técnicos son estratégicos para la economía global.

El contraste
Mientras Huang pide “más plomeros, más electricistas, más constructores”, el gobierno argentino reduce los recursos de quienes podrían convertirse en esos trabajadores del futuro.
En un momento donde el mundo mira hacia la educación técnica como motor del desarrollo industrial y tecnológico, Argentina parece retroceder, debilitando la formación que podría permitirle participar de la nueva economía global impulsada por la IA y la energía.