
Mientras avanza la carrera por dominar la Inteligencia Artificial (IA), las compañías que lideran esta revolución están redoblando su influencia en el gobierno de Estados Unidos. Los registros oficiales del tercer trimestre de 2025 muestran un incremento notable en el gasto de lobby del ecosistema tecnológico.
Meta volvió a encabezar el ranking con USD 5,8 millones invertidos en cabildeo político, seguida por Amazon (USD 4,4 millones) y Google (USD 3,6 millones). Apple destinó USD 2,5 millones y Microsoft USD 2 millones, centrando esfuerzos en políticas de IA, moderación de contenido, privacidad, impuestos, comercio y regulaciones internacionales.
Pero el dato más llamativo del período provino de las empresas de IA y semiconductores, cuyos desembolsos crecieron como nunca:
Nvidia duplicó su inversión, llegando a USD 1,9 millones
Anthropic superó por primera vez el millón de dólares en lobby
AMD aumentó su gasto a USD 1,5 millones
Estas firmas apuntaron a áreas neurálgicas del gobierno estadounidense: Congreso, Casa Blanca, Comercio, Defensa y Justicia.
En particular, Anthropic enfocó su presión en los órdenes ejecutivos de la administración Trump sobre IA, que promueven una “IA estadounidense” y ponen límites a lo considerado “woke AI”. También buscó influir en infraestructura de centros de datos y normas del NIST.
Nvidia, además de temas de IA, hizo lobby sobre política comercial de semiconductores, energía, diseño de chips y capacitación laboral, mientras que AMD apuntó a la implementación del CHIPS Act y a la seguridad en la cadena de suministro.

El capital riesgo también pisa fuerte
Incluso los fondos de inversión del sector tecnológico juegan su partida: Andreessen Horowitz (a16z) alcanzó su nivel más alto de gasto, con USD 1,3 millones, buscando incidir en activos digitales, open-source AI y regulación financiera.
Hollywood contra los deepfakes
Las industrias del entretenimiento también incrementaron su acción política en torno a la IA.
La Motion Picture Association, la Recording Industry Association y Disney impulsan el NO FAKES Act, un proyecto que apunta a penalizar los deepfakes y las réplicas no autorizadas de voces y rostros.
Una influencia que ya abarca todo el Estado
El creciente gasto confirma que el lobby tecnológico se ha expandido más allá del Congreso, alcanzando a todas las áreas del gobierno estadounidense.
En una democracia donde la práctica está regulada y legalizada, las decisiones sobre innovación y poder económico se definen cada vez más en los pasillos de Washington.