De manera simultánea, se eliminaron programas emblemáticos como Construir Ciencia y Equipar Ciencia, que financiaban laboratorios y equipamiento en todo el país.
El impacto fue inmediato: la Agencia sufrió un recorte de más del 90 % en su financiamiento efectivo, lo que paralizó convocatorias ya evaluadas y cerró líneas de apoyo para miles de científicos.
Para especialistas, esto representa no solo un ajuste, sino “un intento de aniquilación institucional”, ya que se desmantela el modelo federal y colaborativo que sostenía el sistema científico argentino.
La ciencia argentina pierde investigadores a un ritmo alarmante. Se estima que más de 500 científicos ya emigraron, mientras que las postulaciones a nuevos ingresos en el sistema cayeron abruptamente.
En el sector se habla de un auténtico “cientificidio”, y miles de investigadores se movilizaron bajo la consigna “Nadie se salva solo”, denunciando que el ajuste pone al sistema científico al borde del colapso.
Incluso la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales emitió un comunicado alertando sobre el desmantelamiento institucional y reclamando que se cumpla la Ley de Financiamiento de la Ciencia, subrayando que la crisis no solo es académica, sino estratégica para el país
Desde el inicio de la gestión actual, la inversión estatal en ciencia cayó a 0,15 % del PBI, el nivel más bajo en casi 50 años.
Se perdieron más de 4.000 empleos científicos.
Los salarios reales cayeron un 30 %.
Laboratorios de todo el país quedaron sin recursos, y muchos investigadores financiaron de su bolsilloreactivos y equipamiento básico.
Las convocatorias de becas doctorales y posdoctorales también fueron interrumpidas, generando desesperanza entre jóvenes científicos que ven cada vez más lejana la posibilidad de desarrollar una carrera en el país.
La combinación de recortes presupuestarios, centralización política y éxodo de investigadores pone al sistema científico argentino frente a un riesgo histórico de pérdida de capacidades.
Especialistas advierten que si no se revierte la tendencia, podría perderse una generación completa de talento local, afectando áreas estratégicas como energía, salud y desarrollo tecnológico.