NUEVAS TECNOLOGÍAS

Publicado 04/08/2025

Del litio a los datos: cómo la Argentina podría liderar la revolución de los semiconductores

El país tiene litio, recursos humanos e industria tecnológica. ¿Qué falta para impulsar una política nacional de chips y no depender más de China o EE.UU.?
Compartir
Compartir por Facebook Compartir por WhatsApp Compartir por X Compartir por Telegram

El país tiene litio, recursos humanos e industria tecnológica. ¿Qué falta para impulsar una política nacional de chips y no depender más de China o EE.UU.?

 

Semiconductores: el nuevo petróleo

 

Los microchips son esenciales para todo: autos, celulares, armas, satélites, computadoras, electrodomésticos e incluso para la Inteligencia Artificial. Sin chips, no hay economía moderna. Según un informe de McKinsey & Company, el mercado mundial de semiconductores podría superar el billón de dólares hacia 2030

 

 

 

¿Qué tiene Argentina?

 

Argentina cuenta con recursos naturales clave, formación técnica avanzada y experiencia industrial que podrían posicionarla como un jugador estratégico en la cadena global de los semiconductores: Litio en el “triángulo del litio” andino, compartido con Bolivia y Chile. Según la Secretaría de Minería (2024), Argentina posee el 21% de las reservas globales y está entre los tres principales exportadores del mundo

Talento en ingeniería, física y matemática, egresado de universidades públicas como la UBA, UNC, UNLP, UTN y UNCuyo. Muchos de estos profesionales participan en proyectos científicos del CONICET o trabajan en empresas globales de tecnología

Capacidad industrial en Tierra del Fuego, con plantas que producen celulares, televisores y notebooks bajo el régimen de promoción industrial. También hay polos tecnológicos en Córdoba, Buenos Aires, Río Negro y Santa Fe

 

 

 

¿Qué falta?

 

La producción de chips requiere de instalaciones especializadas llamadas fabs, con un costo inicial que oscila entre 5.000 y 15.000 millones de dólares.

Solo algunos países cuentan con esta infraestructura: La empresa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) produce más del 50% de los chips avanzados del mundo. También lideran el sector empresas como Samsung, Intel, GlobalFoundries y SMIC (China).

 

Además de las fábricas, se necesita:

 

  • Equipos y maquinaria de litografía de precisión (como los que produce ASML)

  • Suministros químicos ultra puros

  • Energía estable y de bajo costo

  • Capital humano altamente calificado

  • Estabilidad política y reglas claras para la inversión a largo plazo

 

 

 

¿Y si Argentina se une a otros países del sur global?

 

Argentina podría insertarse en la cadena global de valor mediante alianzas estratégicas con países que también buscan autonomía tecnológica, como:

 

  • Brasil, donde se desarrollan chips nacionales a través del Centro de Excelencia en Tecnología Electrónica Avanzada (CEITEC)

  • India, que busca expandir su industria local con subsidios multimillonarios

  • Sudáfrica, que avanza en la industria de encapsulado y testeo.

 

En Argentina ya existen antecedentes:

 

  • Proyecto SIE, desarrollado por INVAP, orientado a sistemas electrónicos integrados

  • Iniciativas desde el Centro de Micro y Nanoelectrónica del Bicentenario (CMNB) en la CNEA, que desde 2011 diseña y fabrica circuitos integrados de uso estratégico

  • Proyectos del INTI para el desarrollo de sensores, microcontroladores y dispositivos para la industria 4.0

 

 

Argentina tiene litio, conocimiento y vocación industrial. Lo que falta es decisión política.

 

Si el país desarrolla una política nacional de semiconductores, con alianzas regionales estratégicas, inversión pública-privada, y una visión soberana del desarrollo tecnológico, podría insertarse en una de las industrias más críticas del siglo XXI.

 

No se trata solo de exportar litio: se trata de producir valor, tecnología y futuro.