Los microchips son esenciales para todo: autos, celulares, armas, satélites, computadoras, electrodomésticos e incluso para la Inteligencia Artificial. Sin chips, no hay economía moderna. Según un informe de McKinsey & Company, el mercado mundial de semiconductores podría superar el billón de dólares hacia 2030
Argentina cuenta con recursos naturales clave, formación técnica avanzada y experiencia industrial que podrían posicionarla como un jugador estratégico en la cadena global de los semiconductores: Litio en el “triángulo del litio” andino, compartido con Bolivia y Chile. Según la Secretaría de Minería (2024), Argentina posee el 21% de las reservas globales y está entre los tres principales exportadores del mundo
Talento en ingeniería, física y matemática, egresado de universidades públicas como la UBA, UNC, UNLP, UTN y UNCuyo. Muchos de estos profesionales participan en proyectos científicos del CONICET o trabajan en empresas globales de tecnología
Capacidad industrial en Tierra del Fuego, con plantas que producen celulares, televisores y notebooks bajo el régimen de promoción industrial. También hay polos tecnológicos en Córdoba, Buenos Aires, Río Negro y Santa Fe
La producción de chips requiere de instalaciones especializadas llamadas fabs, con un costo inicial que oscila entre 5.000 y 15.000 millones de dólares.
Solo algunos países cuentan con esta infraestructura: La empresa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) produce más del 50% de los chips avanzados del mundo. También lideran el sector empresas como Samsung, Intel, GlobalFoundries y SMIC (China).
Además de las fábricas, se necesita:
Equipos y maquinaria de litografía de precisión (como los que produce ASML)
Suministros químicos ultra puros
Energía estable y de bajo costo
Capital humano altamente calificado
Estabilidad política y reglas claras para la inversión a largo plazo
Argentina podría insertarse en la cadena global de valor mediante alianzas estratégicas con países que también buscan autonomía tecnológica, como:
Brasil, donde se desarrollan chips nacionales a través del Centro de Excelencia en Tecnología Electrónica Avanzada (CEITEC)
India, que busca expandir su industria local con subsidios multimillonarios
Sudáfrica, que avanza en la industria de encapsulado y testeo.
En Argentina ya existen antecedentes:
Proyecto SIE, desarrollado por INVAP, orientado a sistemas electrónicos integrados
Iniciativas desde el Centro de Micro y Nanoelectrónica del Bicentenario (CMNB) en la CNEA, que desde 2011 diseña y fabrica circuitos integrados de uso estratégico
Proyectos del INTI para el desarrollo de sensores, microcontroladores y dispositivos para la industria 4.0
Argentina tiene litio, conocimiento y vocación industrial. Lo que falta es decisión política.
Si el país desarrolla una política nacional de semiconductores, con alianzas regionales estratégicas, inversión pública-privada, y una visión soberana del desarrollo tecnológico, podría insertarse en una de las industrias más críticas del siglo XXI.
No se trata solo de exportar litio: se trata de producir valor, tecnología y futuro.