El panorama se completa con varios desafíos clave: falta de talento especializado, baja adopción por parte de los usuarios finales, problemas con los datos disponibles y modelos operativos deficientes. Además, la escasez de ingenieros en IA compromete la capacidad del país para competir a nivel global.
Pese a estas barreras, el ecosistema local muestra señales de dinamismo y potencial. Instituciones como INARIAestán impulsando la formación, la transparencia y la ética en inteligencia artificial. En 2025 se lanzó un Observatorio de Inteligencia Artificial y se creó el “Premio a la IA ética y sostenible” para fomentar buenas prácticas en el desarrollo tecnológico.
En paralelo, diversas universidades están trabajando junto a empresas en proyectos de IA aplicados a sectores como el agro, la salud, la logística y el medio ambiente, fortaleciendo vínculos público-privados para el desarrollo regional.
Desde el Estado, Argentina cuenta con un Plan Nacional de Inteligencia Artificial (PNIA) orientado a formar capacidades internas, así como con un programa que busca garantizar transparencia y protección de datos en decisiones automatizadas.
En sintesis, Argentina todavía no lidera la adopción de IA en la región, pero está posicionándose con fuerza. Con talento, inversión estratégica, articulación con el sistema científico y marcos regulatorios adecuados, puede convertirse en un HUB regional de inteligencia artificial.