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INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Publicado 23/09/2025

OpenAI aclara que usar inteligencia artificial no “gasta agua” pero especialistas lo contradicen

La compañía sostiene que el impacto real está en el consumo energético, pero especialistas advierten sobre riesgos hídricos asociados. ¿Cuál es la verdad detras de la polémica?
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La compañía sostiene que el impacto real está en el consumo energético, pero especialistas advierten sobre riesgos hídricos asociados. ¿Cuál es la verdad detras de la polémica?

En los últimos meses circula en redes sociales la afirmación de que cada vez que alguien utiliza una inteligencia artificial (IA), se consumen grandes cantidades de agua potable. La idea se instaló con fuerza en el debate público, aunque según OpenAI se trata de una simplificación engañosa.

 

La empresa responsable de ChatGPT explicó que lo que realmente ocurre es un consumo de energía eléctrica en centros de datos, con una huella ambiental que debe medirse en carbono y eficiencia energética, no en litros de agua.

 

 

El origen de esta afirmación puede rastrearse en la huella hídrica indirecta de la producción de energía. Centrales hidroeléctricas, termoeléctricas o sistemas de refrigeración utilizan agua en sus procesos. Al trasladar este impacto a cada interacción con una IA, la imagen es distorsionada. OpenAI aclara que incluso en tareas extensas la equivalencia sería de unos pocos litros, una cifra ínfima.

 

Sin embargo, la postura de OpenAI no cierra el debate. Especialistas señalan que sí existe un consumo hídrico real: los centros de datos usan sistemas de enfriamiento con agua, lo que puede ser problemático en regiones con escasez. Además, la electricidad y la fabricación de hardware también tienen costos ambientales.

 

La escala es clave: una sola consulta puede ser irrelevante, pero multiplicada por millones de usuarios diarios el impacto se vuelve significativo. A esto se suma la falta de transparencia de las compañías tecnológicas sobre el consumo y reutilización del agua. También importa el factor geográfico: no es lo mismo un centro de datos en zonas con abundancia que en regiones con estrés hídrico.

 

 

Ejemplo comparativo:

 

  • Un televisor LED de 50 pulgadas encendido 24 horas consume 3,6 kWh.

  • Una consulta típica a ChatGPT requiere en promedio 0,0003 kWh.

  • Es decir, un día de televisor equivale a unas 12.000 preguntas a ChatGPT.

 

Esto muestra que una sola pregunta a la IA tiene impacto mínimo, pero la escala masiva sí genera un consumo energético considerable.

 

 

 

En sintesis

 

  • Usar IA no gasta agua de manera directa, pero sí implica impacto ambiental ligado a energía y enfriamiento de servidores.

  • OpenAI busca despejar exageraciones, aunque las críticas reclaman transparencia, regulación y sostenibilidad.

  • El agua potable es un recurso vital y limitado: no debe destinarse a procesos tecnológicos sin control riguroso.

  • Con crisis hídricas crecientes, es necesario avanzar hacia centros de datos más eficientes, con energía limpia y sistemas de enfriamiento sostenibles.