En esta nota te lo explicamos sin vueltas ni tecnicismos, para que entiendas qué es la IA, cómo funciona y por qué importa conocerla ahora.
La Inteligencia Artificial es una tecnología que permite a las máquinas aprender, razonar y tomar decisiones, como si pensaran. No es magia ni ciencia ficción: es matemática, estadística, programación… y muchísimos datos.
En criollo, una IA es capaz de:
Aprender de la experiencia (como si estudiara).
Tomar decisiones (como elegir la mejor ruta en una app).
Reconocer patrones (como tu cara en una cámara).
Responder preguntas (como lo hace ChatGPT).
Aunque no lo sepas, convivís con la IA todos los días:
Cuando Netflix te recomienda una serie.
Cuando Google completa lo que estás escribiendo.
Cuando tu banco detecta un gasto raro y te avisa.
Cuando tu celular se desbloquea con tu cara.
Cuando hablás con un chatbot de atención al cliente.
Todos esos sistemas funcionan gracias a algoritmos de inteligencia artificial.
Para aprender, una IA necesita una cosa clave: datos, muchos datos.
Por ejemplo, para que una IA reconozca un gato, primero debe ver miles de fotos de gatos. Eso se llama entrenamiento.
Después, si le mostrás una imagen nueva, puede decirte con bastante precisión si hay o no un gato. Así funcionan los filtros de redes, los traductores automáticos o los asistentes por voz.
Porque la IA ya está tomando decisiones que impactan directamente en tu vida:
Qué noticias ves.
Cómo te califican para un crédito.
Qué tratamiento médico te ofrecen.
Qué candidatos aparecen en tus redes.
Y muchas veces, ni siquiera sabés cómo se tomaron esas decisiones.
Además, los países que comprendan y regulen mejor esta tecnología van a liderar el futuro, no solo económicamente, sino también en términos de soberanía tecnológica.
En nuestro país, ya hay universidades, empresas y organismos del Estado que están trabajando con IA.
La UBA, por ejemplo, firmó convenios para capacitar profesionales en esta área. También existen iniciativas públicas como la Fundación Sadosky, que promueven el uso responsable de la IA en la educación y la salud.
El desafío está claro: democratizar el acceso, evitar que el conocimiento se concentre en pocas manos y formar ciudadanos capaces de entender, crear y cuestionar esta tecnología.