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NUEVAS TECNOLOGÍAS

Publicado 09/05/2025

¿Puede la tecnología salvar el aire de Buenos Aires? Claves para reducir la contaminación urbana con innovación

La Ciudad de Buenos Aires enfrenta niveles de contaminación que superan lo recomendado por la OMS. Sin embargo, la tecnología ya ofrece herramientas concretas para transformar el problema en oportunidad.
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La Ciudad de Buenos Aires enfrenta niveles de contaminación que superan lo recomendado por la OMS. Sin embargo, la tecnología ya ofrece herramientas concretas para transformar el problema en oportunidad.

 

Una ciudad que respira con dificultad

 

Según un informe reciente de IQAir publicado en 2025, el aire de Buenos Aires estuvo especialmente contaminado en julio de 2024, mes en el que se alcanzaron 23,2 microgramos por metro cúbico (μg/m³) de PM2.5, casi cinco veces más que el límite promedio anual recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), fijado en 5 μg/m³.

 

Las partículas finas PM2.5 son particularmente peligrosas, ya que penetran profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo. Su exposición continua se asocia a enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurológicas, y afecta especialmente a niños y embarazadas. La OMS advierte que la contaminación del aire es el segundo factor de riesgo de muerte en menores de cinco años, después de la desnutrición.

 

El informe también destaca que en 2024 solo el 17% de las ciudades del mundo cumplieron con los niveles saludables de PM2.5, una mejoría respecto a 2023 (9%). Rafaela fue la ciudad más contaminada del país en promedio anual, aunque Buenos Aires tuvo su pico crítico en julio.

 

 

Sensores inteligentes y monitoreo en tiempo real

 

Ciudades como Londres, Medellín y Santiago de Chile ya implementaron redes de sensores ambientales que permiten mapear la contaminación por zona y tipo de emisión. En Buenos Aires, el despliegue de infraestructura IoT ambiental permitiría un control preciso de la calidad del aire y la toma de decisiones en tiempo real, desde cortes de tránsito hasta alertas sanitarias.

 

 

 

Movilidad eléctrica y micromovilidad conectada

 

El transporte es el principal responsable de la contaminación del aire en Buenos Aires. La adopción de vehículos eléctricos, junto con estaciones de carga inteligentes alimentadas por renovables, podría reducir drásticamente las emisiones de gases contaminantes. A su vez, plataformas de micromovilidad (bicis y monopatines eléctricos) conectadas por apps pueden descongestionar la ciudad.

 

 

IA para gestión de tránsito y semáforos inteligentes

 

Con el uso de Inteligencia Artificial, la ciudad podría optimizar los semáforos en tiempo real según el flujo de vehículos, reduciendo así los tiempos de espera, la congestión y las emisiones innecesarias. Esta tecnología ya se aplica en Barcelona y San Francisco, con resultados positivos.

 

 

Gestión inteligente de residuos y economía circular

 

La basura también contamina el aire, sobre todo cuando es incinerada. Sistemas de contenedores con sensores, recolección bajo demanda y plataformas digitales de trazabilidad podrían mejorar la gestión de residuos en la ciudad. Además, la digitalización del reciclaje, como en ciudades latinoamericanas que usan blockchain para premiar la separación en origen, representa un camino posible.

 

 

Energía renovable urbana y techos solares inteligentes

 

Instalar paneles solares en techos públicos y privados —con monitoreo y software de eficiencia— permitiría reducir la dependencia de combustibles fósiles. Escuelas, hospitales y dependencias públicas podrían volverse centros de generación limpia, aliviando el sistema energético y las emisiones urbanas.

 

Una ciudad más limpia es posible, pero requiere decisión política

 

Tecnología hay. Datos también. Lo que falta es decisión política y planificación integral. Buenos Aires tiene la oportunidad de convertirse en un modelo latinoamericano de ciudad inteligente y sustentable. Con inversión y una visión clara, la ciudad puede dejar de ser una de las más contaminadas del país y pasar a liderar el cambio verde urbano.