MERCADOS

Publicado 27/10/2025

“El mercado aún no está en una burbuja tecnológica”, según Goldman Sachs

 A pesar del frenesí inversor en torno a la Inteligencia Artificial y el dominio de las grandes tecnológicas, Goldman Sachs sostiene que no hay suficientes evidencias de que estemos en una burbuja bursátil.
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A pesar del frenesí inversor en torno a la Inteligencia Artificial y el dominio de las grandes tecnológicas, Goldman Sachs sostiene que no hay suficientes evidencias de que estemos en una burbuja bursátil.

 

¿Cuál es el diagnóstico de Goldman Sachs?

 

El banco de inversión afirma que, aunque las valoraciones del sector tecnológico “se están estirando”, aún no han alcanzado los niveles típicos de burbujas históricas. 

En su análisis:

 

  • Señalan que el auge del sector tecnológico y de la IA responde a “fundamentos sólidos”, no sólo a especulación irracional. 

  • Subrayan que los balances corporativos son relativamente saludables, y que el endeudamiento general no muestra los excesos típicos de burbujas pasadas. 

  • Y que el fenómeno sigue bastante concentrado en unas pocas empresas de gran tamaño, más que en un “brotes” amplio e indiscriminado como en otras crisis. 

 

¿Por qué no llaman “burbuja” aún?

 

Goldman Sachs desglosa su argumento en varios puntos clave:

 

  • Valoraciones vs. comparación histórica: Aunque los múltiplos están elevados, no han superado los picos históricos de crisis tech anteriores. 

  • Fundamentos vs. pura apuesta: En burbujas clásicas la mayoría del valor se basaba en expectativas extremas de crecimiento futuro sin respaldo real. Aquí, dicen, ya hay resultados, ingresos crecientes, empresas con bases más sólidas. 

  • Apalancamiento limitado: La advertencia es menor porque no se observa un apalancamiento masivo que caracterice a crisis anteriores. 

 

 

Los riesgos latentes que mencionan

 

Aunque no prevén una burbuja inminente, advierten sobre varios focos de vulnerabilidad:

 

  • La concentración del valor de mercado en pocas tecnológicas (las llamadas “Big Tech”) genera que haya un riesgo mayor si alguna falla. 

  • Las valoraciones estiradas hacen que cualquier decepción en los resultados pueda provocar una reacción más fuerte de la esperada.

  • La posibilidad de que el periodo de crecimiento futuro que se está valorando no se materialice en la magnitud esperada, lo que conllevaría un ajuste brusco.

 

¿Qué implica para inversores y observadores del mercado?

 

Para quienes siguen el mercado con ojo (y también para nosotros en Argentina que miramos de afuera), estas conclusiones tienen varias implicancias:

 

  • No es momento de asumir que “todo está bien” sin cuestionar los fundamentos. Aunque no vean una burbuja, el margen de error es menor.

  • Diversificar sigue siendo clave: no jugarlo todo a una sola mega-empresa de tecnología o a la idea de que la IA lo domina todo sin riesgo.

  • Vigilar indicadores de estrés (apalancamiento, caída de ingresos, cambio en expectativas de crecimiento) porque son señales previas a una corrección, aunque no garantía de burbuja ya.

 

 

Relevancia para el contexto argentino y latinoamericano

 

Aunque este tipo de análisis venga de un banco global con foco en EE.UU. y los mercados desarrollados, tiene relevancia para Argentina:

 

  • Si bien nuestras empresas tecnológicas aún están lejos de los gigantes globales, las dinámicas de mercado importadas pueden generar burbujas locales o regionales si se repiten patrones de sobrevaloración.

  • Para quienes invertimos o cubrimos tecnología, innovación o IA en Argentina, es un llamado a no dejarse seducir solo por el “hype” de la IA: los fundamentos cuentan.

  • De cara a la narrativa tecnológica en medios o consultoría, este tipo de diagnóstico refuerza un enfoque más riguroso: “la IA no lo garantiza todo”, “ojo con el contexto”, “las valoraciones sí importan”.

 

La lectura de Goldman Sachs es de moderada optimismo: hay apetito, hay crecimiento, hay tecnología disruptiva, pero aún no se dan todas las señales clásicas de una burbuja tech. Eso no significa que no haya riesgo: más bien que el riesgo existe bajo otro formato.

Para el lector, el mensaje clave es: considerar que el mercado tecnológico puede seguir subiendo, pero hacerlo con los ojos abiertos, los pies sobre la tierra y nunca asumiendo que la fiesta durará para siempre.