La nave nodriza no es un arma en sí misma, sino una plataforma de lanzamiento para un despliegue masivo de aeronaves no tripuladas. Se espera que sea capaz de lanzar enjambres de drones, incluyendo modelos hipersónicos como el MD-19.
Esta capacidad de proyectar poder y lanzar misiones coordinadas en áreas altamente fortificadas, donde las aeronaves tripuladas y los misiles convencionales tendrían dificultades para penetrar, podría ser un cambio de juego en el conflicto moderno.
El desarrollo de esta tecnología es importante por varias razones:
Velocidad y penetración: la combinación de velocidad hipersónica con la capacidad de lanzar múltiples drones podría abrumar los sistemas de defensa aérea existentes.
Redefinición de la estrategia militar: la aparición de este tipo de armas podría obligar a las naciones a repensar sus doctrinas de guerra aérea e invertir en nuevas contramedidas.
Proyección de poder: China podría usar esta tecnología para extender su alcance militar y realizar operaciones en regiones distantes con mayor eficiencia y menor riesgo para sus activos más valiosos.
Este proyecto no es solo un avance tecnológico, sino un desarrollo con profundas implicaciones estratégicas y geopolíticas, que podría marcar el inicio de una nueva era en la carrera armamentista hipersónica.