La IA respondió que, en los próximos cinco años, la probabilidad de que tecnologías como la computación cuántica vulneren el algoritmo SHA‑256 de Bitcoin es prácticamente cero, y que incluso hacia 2035 seguiría siendo inferior al 10 %.
La respuesta se fundamenta en estudios técnicos recientes, como los publicados por NIST y IBM, que indican que para amenazar con éxito a Bitcoin se necesitarían millones de qubits con corrección de errores funcional, una meta que aún está muy lejos.
La computación cuántica aprovecha qubits en lugar de bits tradicionales, que pueden encontrarse en múltiples estados gracias a efectos como la superposición y el entrelazado cuántico, lo que permite resolver problemas complejos con una velocidad exponencial.
Cuando se combina con Inteligencia Artificial, se habla de Quantum AI, un campo que podría revolucionarindustrias como la medicina, los materiales, las finanzas y la logística.
Musk ha expresado admiración por el potencial transformador de Quantum AI —una vez mencionó que podría representar un salto de poder computacional de un billón de veces más que los sistemas actuales—
pero no hay evidencia pública de que posea o dirija una empresa dedicada exclusivamente a esta tecnología.
Sus principales iniciativas —Tesla, SpaceX, Neuralink y xAI— se centran en IA aplicada, neurotecnología o transporte espacial, no en computación cuántica.
La interacción de Elon Musk con su IA Grok confirma que la computación cuántica no representa una amenaza inminente para Bitcoin.
Quantum AI sigue siendo una promesa tecnológica en desarrollo, rodeada de expectativas, desafíos técnicos y también de mitos promovidos por estafadores digitales que usan el nombre de figuras influyentes como Musk.