OpenAI, Anthropic y Google se unen para facilitar marcos regulatorios futuros
Las principales compañías del ecosistema global de Inteligencia Artificial dieron un paso inusual en un mercado marcado por la competencia acelerada. OpenAI, Anthropic y Google acordaron avanzar de manera conjunta en el desarrollo de estándares abiertos para agentes de IA.
El entendimiento busca sentar reglas técnicas comunes para una de las capas más sensibles y estratégicas de la próxima ola de Inteligencia Artificial. A diferencia de los modelos de lenguaje, los agentes están diseñados para operar de forma persistente, tomar decisiones encadenadas y actuar sobre sistemas reales, lo que eleva los riesgos técnicos, operativos y regulatorios.
La iniciativa se articula en torno a la Agentic AI Foundation, creada bajo el paraguas de la Linux Foundation, una organización con trayectoria en el desarrollo de estándares abiertos que sostienen infraestructuras críticas de internet y la industria del software.
Además de OpenAI y Anthropic, el proceso cuenta con el respaldo de Google y otros actores relevantes del ecosistema tecnológico.
Según la información difundida por la Linux Foundation, el objetivo es evitar la fragmentación del mercado y establecer un lenguaje común que permita que agentes desarrollados por distintas empresas puedan comunicarse entre sí, integrarse con herramientas externas y operar bajo criterios compartidos de seguridad, trazabilidad y control.
El foco está puesto en la interoperabilidad y en la creación de un marco técnico adoptable tanto por grandes corporaciones como por desarrolladores independientes.
El acuerdo se apoya en aportes concretos de las empresas involucradas. Anthropic puso a disposición el Model Context Protocol (MCP), un estándar abierto que define cómo los agentes conectan modelos de IA con datos, servicios y herramientas externas.
OpenAI, por su parte, contribuyó con AGENTS.md, un formato orientado a estandarizar instrucciones y comportamientos de agentes dentro de proyectos de software. Estas piezas técnicas funcionarán como base para el trabajo colaborativo de la fundación.
Más allá del aspecto técnico, el movimiento tiene una fuerte lectura política y regulatoria. A medida que los agentes comienzan a integrarse en procesos críticos —desde atención al cliente y programación hasta compras, finanzas y logística—, gobiernos y organismos de control reclaman marcos claros que permitan auditar su funcionamiento y mitigar riesgos.
Un estándar común facilita ese diálogo y reduce la incertidumbre para empresas que evalúan desplegar estas tecnologías a gran escala.
Para la industria, el mensaje es claro: la competencia continuará en el desarrollo de modelos y productos, pero la infraestructura básica de los agentes debería construirse de manera abierta y colaborativa.
El enfoque recuerda a los consensos que, décadas atrás, permitieron el crecimiento de internet sobre protocolos compartidos como HTTP o TCP/IP.
El avance hacia estándares comunes marca un cambio de etapa en la Inteligencia Artificial. La discusión ya no se limita a quién tiene el modelo más potente, sino a cómo coordinar sistemas autónomos de forma segura, confiable y compatible.
En ese terreno, el acuerdo entre OpenAI, Anthropic y Google puede convertirse en una referencia clave para el rumbo de la IA en los próximos años.
