El proyecto demandará dos años y busca dotar al país de una infraestructura propia de procesamiento masivo de datos, clave para investigación científica, desarrollo tecnológico, políticas públicas basadas en evidencia e iniciativas avanzadas de Inteligencia Artificial.
Coatlicue será la supercomputadora pública mexicana más poderosa de América Latina; sólo imaginen 375 mil computadoras procesando datos al mismo tiempo.
Lo lograremos en 24 meses para fortalecer la capacidad nacional tecnológica en áreas de alto impacto económico. Es un paso… pic.twitter.com/I6TAGuEqCw — Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) November 26, 2025
¿Qué es Coatlicue?
Coatlicue fue presentada oficialmente a fines de noviembre de 2025 como parte de un plan nacional de ciencia y tecnología. Su instalación está prevista para comenzar en 2026 y tendrá un plazo estimado de construcción de 24 meses. La inversión anunciada es de 6.000 millones de pesos mexicanos.
El nombre rinde homenaje a la deidad mexica Coatlicue, figura vinculada al poder y la creación, elegida para simbolizar el salto tecnológico del país.

Características técnicas: una apuesta de escala inédita en la región
Los datos revelados por el gobierno y medios especializados muestran un nivel de potencia muy superior a las infraestructuras actuales en América Latina:
314 petaFLOPS de capacidad declarada, lo que la coloca por encima de cualquier supercomputadora regional.
Entre 14.480 y 15.000 GPUs, destinadas a cargas de trabajo de IA, modelado científico, simulaciones e investigación avanzada.
Infraestructura de energía y refrigeración de alta demanda, con gabinetes especializados y sistemas de enfriamiento industrial.
En términos comparativos, Coatlicue equivaldría a la potencia combinada de decenas de miles de computadoras convencionales trabajando al mismo tiempo.

Para qué se usará Coatlicue
El gobierno mexicano explicó que la supercomputadora tendrá usos estratégicos:
Investigación científica
Permitirá procesar volúmenes masivos de datos en campos como: bioinformática, cambio climático, energía, modelado físico y químico y salud y genómica.
Desarrollo de Inteligencia Artificial
Coatlicue será utilizada para entrenamiento de modelos, análisis predictivo, simulaciones, modelado de comportamiento y proyectos de IA a escala nacional.
Toma de decisiones públicas
El Estado planea usarla para: planificación energética, proyecciones climáticas, análisis de movilidad, gestión de recursos hídricos y políticas sanitarias.

Cuestionamientos y desafíos
El anuncio despertó críticas de especialistas en supercómputo:
Un ex técnico de un centro de supercomputación francés sostuvo que el proyecto enfrenta cuatro grandes problemas: escala sobredimensionada, falta de hoja de ruta operacional, incertidumbre energética y riesgo de subutilización.
Analistas energéticos alertaron que el consumo eléctrico podría ser uno de los mayores retos para su operación continua.
También se planteó la necesidad de políticas claras para garantizar acceso real a universidades, centros de investigación y organismos públicos: sin una gobernanza precisa, una máquina de este tamaño podría tener una eficiencia menor a la esperada.

Por qué este proyecto importa para América Latina
Coatlicue representa un punto de inflexión regional:
consolida a México como un actor estratégico en IA y supercómputo
acelera la autonomía tecnológica latinoamericana
impulsa capacidades locales para investigación de frontera
instala un precedente que otros países podrían seguir
Para Argentina —que hoy cuenta con capacidades menores y centros de cálculo fragmentados— el proyecto abre un debate: ¿debemos avanzar hacia una infraestructura nacional de alto rendimiento o fortalecer un ecosistema distribuido de supercómputo e IA?
Coatlicue es una de las apuestas más ambiciosas de la región en supercomputación y tecnología de datos. Su éxito podría transformar la investigación científica, el desarrollo de IA y la planificación pública en México.
Sin embargo, su escala implica desafíos técnicos, energéticos y de gobernanza que deberán resolverse con precisión para que la supercomputadora se convierta en un motor real de innovación y no en un proyecto subutilizado.