Cada vez más empresas, desarrolladores y gobiernos provinciales apuestan a este sistema para responder a la creciente demanda, mientras el país busca soluciones para moderar los altos precios del mercado inmobiliario.
Las casas modulares son viviendas fabricadas a partir de módulos prefabricados en fábricas, que luego son trasladados al terreno y ensamblados.
Este modelo permite realizar gran parte del trabajo bajo condiciones controladas, lo que reduce los tiempos de obra hasta un 50% y da mayor previsibilidad a los costos, en comparación con la construcción tradicional.
Según datos sectoriales, las provincias donde más empresas de casas modulares operan y más se construyen este tipo de viviendas son:
Buenos Aires (incluido AMBA)
Santa Fe
Córdoba
Mendoza
Neuquén y Río Negro
Además, provincias como Chaco, Salta y Tucumán comienzan a incorporar modulares en programas de vivienda social.
Menor costo general: hasta un 30% más baratas.
Rapidez de entrega: listas en 3 a 4 meses.
Menor impacto ambiental.
Mayor previsibilidad de plazos y presupuesto.
Flexibilidad en diseño y ampliación.
Menor generación de empleo directo en obra.
Necesidad de transporte especializado.
Prejuicios culturales sobre su durabilidad.
Limitaciones regulatorias en algunas municipalidades.
Construcción tradicional (ladrillo y cemento):
Durabilidad superior a 50-70 años, con excelente resistencia.
Casas modulares:
Durabilidad estimada de 30-50 años, pero con materiales premium pueden igualar a las tradicionales, si se mantiene correctamente.
Según el arquitecto Federico Gatti, “la producción en serie permite reducir hasta un 30% el costo final de una vivienda, lo que podría aliviar la tensión de los precios inmobiliarios en el corto plazo”.
Falta de financiamiento, escasa capacitación de mano de obra local y dudas culturales son barreras clave. Además, adaptar regulaciones locales será esencial para expandir este modelo.
Si el sector logra escalar, las casas modulares podrían ampliar la oferta, acelerar urbanizaciones y reducir la presión sobre los precios.
Esto impactaría positivamente tanto en lo económico como en lo social y ambiental.
En definitiva, las casas modulares representan una oportunidad concreta para dinamizar el mercado inmobiliario argentino. El desafío es transformar esta tecnología en una solución masiva y confiable para enfrentar la crisis habitacional.