INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Publicado 17/12/2024

Brasil decime que se siente (fabricar chip)

Brasil será clave en la encomia global por su desarrollo tecnológico. Inversión a largo plazo para acloparse al boom de los semiconductores.
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Brasil será clave en la encomia global por su desarrollo tecnológico. Inversión a largo plazo para acloparse al boom de los semiconductores.

Por estos días Brasil es noticia por la devaluación y, ante la cercanía de las vacaciones, se vuelve una opción más que rentable para ir a disfrutar de sus hermosas playas.

Además de mejores precios y buen fútbol, hoy Brasil nos saca otra ventaja: tiene una empresa de chip que, además de fabricar una diversidad de dispositivos para diferentes aplicaciones, hoy se encuentra en negociaciones con EE.UU.para ser un proveedor de excelencia de semiconductores en la floreciente industria de ese país.

Los semiconductores son el corazón y el motor de la Inteligencia Artificial, de los teléfonos, autos eléctricos y hasta de la tecnología militar, entre otros asuntos medulares de la economía mundial. Hoy, la fabricación y venta de semiconductores es parte de un entramado geopolítico que hace que EE.UU. y China inviertan miles de millones de dólares para ganar mercados. Brasil está jugando ese partido.

Hace pocos años Jair Bolsonaro quiso privatizar la empresa nacional, pero no le dio el tiempo y Lula dio marcha atrás. El Congreso de EE.UU. sancionó en 2022 la Ley Chip, iniciativa que contó con apoyo bipartidista y que permite invertir miles de millones en empresas privadas que desarrollan tecnología de precisión para fabricar semiconductores cada vez más avanzados.

El Estado y el conglomerado de empresas productoras de chips confluyen en el 2022 y, a través de mecanismos previamente establecidos, acuerdan inversiones en un sector que atraviesa la vida de millones de personas en el mundo.

La política industrial de Trump parece que favorecerá al sector de semiconductores a raíz de un mayor control en el ingreso de productos extranjeros y a la necesidad de que las empresas americanas se radiquen nuevamente en su país para obtener beneficios. Hoy Brasil forma parte de esa industria global. Argentina tiene todo el potencial humano y empresarial para sumarse a esta nueva realidad.